Madeleine Albright, quien fuera la primera mujer secretaria de Estado en la historia de Estados Unidos, murió de cáncer a los 84 años.
Nacida en la antigua Checoslovaquia, Albright se convirtió en la principal diplomática de Estados Unidos en 1997 durante la administración Bill Clinton, siendo la mujer de más alto rango en el gobierno de Estados Unidos en ese momento.
Aclamada a menudo como «una campeona de la democracia», Albright jugó un papel decisivo en los esfuerzos para poner fin a la limpieza étnica en Kosovo.
Entre los que le rindieron homenaje después del anuncio de su muerte está el actual secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien dijo que Albright «era una fuerza por la libertad».
El expresidente estadounidense George W. Bush dijo que Albright «comprendió de primera mano la importancia de las sociedades libres para la paz en nuestro mundo».
Exiliada por la ocupación nazi
Nacida como Marie Jana Korbelova en Praga en 1937, en lo que entonces era Checoslovaquia, Albright era hija de un diplomático checoslovaco que se vio obligado a exiliarse tras la ocupación de su país por la Alemania nazi en 1939.
Se mudó a los Estados Unidos en 1948, el mismo año en que su familia solicitó asilo político, argumentando que no podían regresar a casa como opositores al régimen comunista de su país. Se convirtió en ciudadana estadounidense en 1957.
Albright entró a trabajar en la Casa Blanca durante la administración de Jimmy Carter en los 70 y luego fue asesora de política exterior de varios candidatos a vicepresidente y presidente.
Poco después de la toma de posesión de Bill Clinton en 1993, Albright fue nombrada embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, su primer puesto diplomático.
En 1997, se convirtió en secretaria de Estado.
Se hizo más famosa en ese cargo por sus esfuerzos para presionar a la administración Clinton a intervenir para detener la limpieza étnica en Kosovo llevada a cabo por el régimen serbio de Slobodan Milosevic.
Algunos críticos denominaron la posterior campaña de bombardeos de la OTAN como la «Guerra de Albright».
«Asumo toda la responsabilidad… por creer que era esencial para nosotros no quedarnos de brazos cruzados y ver lo que Milosevic planeaba hacer», dijo en ese momento. «No podemos ver crímenes de lesa humanidad».
En 2012, el entonces presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, el reconocimiento más alto disponible para un civil en EE.UU., por su trabajo en los Balcanes
