Morbo pérfido social

Morbo pérfido social

Morbo pérfido social

Dunia De Windt

Cada vez que ocurre un hecho lamentable y desgraciado que envuelve alguna figura conocida por su trabajo salen a la luz una serie de personas elucubrando, fantaseando, intrigando e incidiendo con su veneno mal habido en la conciencia del colectivo imaginario.

No deja de sorprender a raíz del desgraciado suceso del asesinato del colega Claudio Nasco, cómo la ciudadanía reitera una vez más que el deporte nacional por excelencia en esta isla no es la pelota o béisbol, sino más bien el morbo pérfido que transpiran muchos.

No había pasado ni media hora de enterarnos del terrible suceso cuando una gran cantidad de personas a través de las distintas redes sociales y medios de comunicación tradicionales iniciaban una andanada de acusaciones, informaciones, detalles, puntualizaciones, ataques homofóbicos sin racionalidad, escarcéos e indagaciones que no entiendo cómo se puede ser tan productivo e imaginativo para estas cosas y no para lo tienen que serlo. Era nauseabundo lo que muchos sin ton ni son, colgaron, comentaron sin ningún tipo de cordura, comedimiento de respeto a la vida humana y privada de cada quien y que continúan hasta hoy sin el más mínimo pudor.

De todos es sabido que la falta de vergüenza e irrespeto no tienen límites para muchos. A esta sociedad le encanta crucificar antes de saber las cosas, mancillar el nombre de cualquiera por encima de todo, escupir trapos sucios públicamente que sólo le atañe a la persona en cuestión. En esta sociedad no se entiende todavía que la vida privada de cada quien es de cada quien. Que nadie tiene derecho ni a juzgar ni a señalar a otro.

La Policía Nacional, en este caso de Claudio ha sido rápida en sus investigaciones, veloz en mostrar y hacer un show incongruente y flojo a través de los medios. Muchas preguntas, pocas muy pocas respuestas. Versión sin el trasfondo de la verdad. Con este hecho y los que ocurren a diario queda patente una vez más que la violencia instaurada en este país crece a ritmos acelerados, que cualquiera tiene un arma no importa de qué magnitud y sobre todo, que el sicariato de poca monta está ganando la partida a través de aquellos individuos y sicópatas en que para ellos la vida no vale nada.

En ese sentido, también queda patente que la estúpida “medida de coerción” de un año que se le impone a todo aquel que roba la vida a otra persona es degradante. Justicia de mofa en este país ¡! No es sano ni humano que esta sociedad goce y se alimente con el dolor ajeno.

dunia_dewindt@hotmail.com