El próximo sábado 21 de diciembre se cumplen 508 años del “sermón de adviento”, pieza oratoria pronunciada por fray Antonio de Montesinos en representación de la pequeña comunidad religiosa dominica radicada en la isla de la “Española”.
Este sermón constituyó el primer discurso social en América que rechaza la opresión, y primer grito de protesta contra el abusivo sistema de “las encomiendas”, que supuso la repartición de grupos de aborígenes a los conquistadores españoles.
Una interrogante fundamental contenida en el Sermón de Adviento interpela el “derecho” de los interventores para someter a explotación a los indios. Refiere: ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? Esta misma interrogante parece seguir guiando a los frailes de la orden dominica en el país en la contemporaneidad.
Esto así porque, salvo en el lapso comprendido entre 1823 y 1954 en que se encontraban ausentes del país, los mismos emprendieron luchas en favor de los más débiles y oprimidos.
Así fue en 1961, en que a través del sermón de las “7 Palabras” un valiente dominico condenó situaciones abominables existentes en República Dominicana; así fue en 1966, en la provincia de Santiago, cuando grupos de pobladores afectados por la crecida del río Yaque fueron barridos por una crecida y se les pretendió trasladar hacia lugares inhóspitos; así fue en 1972, cuando en el contexto de las promulgadas “leyes agrarias” se produjeron ocupaciones de tierra y subsecuentes encarcelamientos de campesinos.
Entonces frailes dominicos, a través de “Radio Seybo”, elevaron su voz de solidaridad y abrieron el programa “La Voz del Campesino” para canalizar su defensa. En 1994 nuevas luchas campesinas en el este del país recibieron también el apoyo firme de los religiosos y religiosas dominicos.
El estímulo de lucha que parte de la interrogante de Montesinos ¿con qué derecho? se hace extensivo a la lucha de los dominicos, y una infinidad de campesinos dominicanos contra el desalojo de sus tierras por parte del Central Romana, ocurrida en 2016 (este caso ha sido llevado al Alto Comisionado de Derechos Humanos, en Ginebra, Suiza).
E igual ha ocurrido en la lucha actual de los campesinos “peregrinos” de “La culebra”, El Seybo, los cuales han sido víctimas de un desalojo y de una cruel destrucción de sus siembras y viviendas.
El sermón de Montesinos, que sentó bases para el derecho internacional público, conserva gran vigencia, y la conservará mientras en el país existan campesinos desalojados de sus tierras, mientras existan trabajadores que perciban salarios infrahumanos, mientras haya niños y jóvenes que reciban una educación de muy baja calidad, mientras haya feminicidios, mientras haya periodistas a los que se les quieren coartar sus derechos o, como el caso de Marino Zapete, se le quiere acumular un expediente, un expediente imposible.