Santo Domingo.-Enemigo jurado de la Revolución Cubana, con la cual simpatizó cuando adolescente y de la cual tomó distancia tan pronto como se convenció de que un gobierno comunista no era lo mejor para su país, el periodista y escritor Carlos Alberto Montaner se muestra renuente a aplaudir el acercamiento entre La Habana y Washington.
Si en algo se parece a Fidel Castro, el hombre a quien más ha criticado en su vida, es en la firmeza de su posición, cada quien en su trinchera ideológica.
Fidel en la defensa del sistema socialista. Montaner en la crítica intransigente a ese régimen.
No espera cambios
A la pregunta de qué opina sobre el giro que han dado las relaciones cubano-estadounidenses tras 53 años de bloqueo económico y cuáles serían las consecuencias para los cubanos, responde con la agudeza y la tranquilidad que le caracterizan:
“El sistema cubano no es reformable. Ningún sistema comunista es reformable”.
Montaner visitó la redacción de EL DÍA y durante hora y media conversó con el director Rafael Molina Morillo; José Monegro, subdirector; Rafael García Romero, editor internacional, y German Marte, editor de la página digital de este diario.
Vino a promocionar su novela más reciente: “Tiempo de canallas”, pero antes habló de sus días de adolescente, su acercamiento a la Revolución y su rápida desilusión, los meses en prisión (a los 17 años), su fuga de una cárcel, su padre, Gorbachov y la Perestroika, y, por supuesto, Fidel Castro, su tema preferido.
Otra vez predice el fin
En opinión de Montaner, el sistema de partido único, donde prima la opinión de un pequeño grupo, está destinado a desaparecer.
“Porque de la misma manera que hay emprendedores en el terreno económico, hay emprendedores en el terreno social que quieren armonizar y generar instituciones de colaboración de manera espontánea y eso no puede suceder en una sociedad como esa, una sociedad donde además controlan el aparato productivo. Por eso Cuba no es reformable”, recalca convencido.
“Entiendo lo que quiere hacer Raúl (Castro), controlar 2,500 empresas medianas y grandes a través del Ejército y los aparatos de inteligencia y dejar 40 o 50 mil microempresas a la sociedad civil que no ofrezcan ningún tipo de peligro para el gobierno”, observa.
De esa manera, advierte, el gobierno piensa conseguir algún tipo de desarrollo económico, “pero no funciona, y ya hay mucha gente en Cuba que sabe eso, pero van a seguir insistiendo porque tienen el control”.
Será malo para Cuba
El nuevo rumbo en las relaciones Cuba-EEUU no es bueno para el gobierno de la isla, apunta Montaner, debido a que las expectativas son muy altas y no van a ser cumplidas.
“Las expectativas son ahora todo será mejor y vamos a vivir mucho mejor. Van a mejorar algunas cosas, pero muy pocas, y el gobierno va a seguir fracasando”, predice convencido.
De vuelta a la hipocresía
Montaner advierte que EEUU ha vuelto a la hipocresía del siglo XX, cuando defendía los valores de la libertad en su país, mientras tenía relaciones con Trujillo, Somoza y Stroessner, un doble discurso.
Pero todo eso, explica, empezó a acabarse con Jimmy Carter (1977-1981), quien introdujo el tema de los derechos humanos, las libertades y procuró, de alguna manera, hacer coincidir los valores de la sociedad norteamericana con la política norteamericana, por lo menos en América Latina, y eso culmina en la Declaración de Lima con la Carta Democrática Latinoamericana, donde se fijan las características que tiene que tener una sociedad para poder formar parte de la OEA y esas características corresponden a Estados que creen en la democracia, en la libertad, en la existencia de partidos, la libertad de prensa…
“Ahora muchos países han adoptado la política hipócrita de EEUU durante el siglo XX, a la cual ha vuelto, y no van a conseguir nada”.
“Negligencia moral”
A juicio de Montaner, la actitud de Obama y Kerry es de una especie de negligencia moral.
“Hay una inercia en el modus operandi de EEUU y el presidente está sujeto a la ley de la nación que dice que Cuba tiene que hacer ciertas cosas para normalizar las relaciones”, indica.
Y añade que el presidente Obama puede tratar de abrogar esa ley, pero mientras exista en los códigos legales tiene que cumplirla, sino se verá en problemas.
La verdad, según Montaner, es que desde el 20 de enero de 1966, cuando Lindon Johnson liquidaba todas las operaciones encubiertas para derrocar a Fidel, eso está en marcha.
Lo que queda, advierte Montaner, es la estrategia de la Guerra Fría (precisamente el telón de fondo de la novela “Tiempo de canallas”), el aislamiento diplomático, las restricciones en el terreno económico y la propaganda, que eran los métodos de contención empleados por EEUU para enfrentarse a la URSS.
“Tiempo de canallas”, la novela de Montaner
El libro, que ya está en las librerías dominicanas, es un thriller político, una historia de amor, traición y muerte en los tiempos de la Guerra Fría.
“Es una historia de amor complicado, entre gente cuya profesión es engañar a los demás, lo que hace aún más complicada la relación”, explica el autor.
A través de la vida del protagonista, Rafael Mallo, y su compañera, Sarah Vandor, Montaner nos cuenta el enfrentamiento entre comunistas y demócratas y entre estalinistas y trotskistas.
“Es una novela histórica sobre el largo período de la llamada Guerra Fría, y es un poco el intento de utilizar ese panorama tan rico para contar historias de amor y enfrentamientos intelectuales.
La Guerra Fría, explica, se dio en gran medida dentro de la cabeza de la gente, no era la conquista del territorio, no era la huelga, “y esa atmósfera es la que me sirve para poner a estos dos personajes a contarla, a enfrentarse y a amarse, con un elemento de sadomasoquismo, en la relación erótica de la pareja que tiene una función que la verás al final del libro.