Santo Domingo.-“En lo más alto de las montañas que alimentan al río Blanco, donde la neblina abraza los bosques y el agua brota como un milagro cotidiano, allí se libra una batalla silenciosa entre la vida y la depredación”.
Con esa sublime expresión en defensa de estos ecosistemas Esteban Polanco, dirigente de la Federación de Campesinos Hacia el Progreso pone en contexto El Día Internacional de las Montañas que se conmemora este jueves 11 de diciembre.
La fecha promulgada por la Organización de Naciones Unidas busca concientizar sobre la importancia de estos ecosistemas vitales para el agua, la biodiversidad y comunidades locales, y junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura promueve la protección del ambiente montañoso.

A propósito del recién creado Parque Nacional Hoyo del Pino, en las provincias Monseñor Nouel y La Vega, Polanco cuenta que emerge hoy como símbolo de una victoria social y ecológica que se construyó durante décadas desde las comunidades del alto Yuna.
“Esta montaña no se salvó sola, la salvó la organización de la gente”, afirma el dirigente quien aseguró que esta fecha tiene un profundo significado local ya que en este lugar las montañas no se celebran con discursos, sino con acciones todos los días.
Según Polanco, el Parque Nacional Hoyo del Pino fue el último establecido en el país, creado vía el decreto 674/24. La idea es proteger los recursos naturales de la sub cuenca que alimenta las aguas del río Blanco, afluente vital del Yuna, dentro de la vasta zona geográfica conocida como Madre de las Aguas, formación de la Cordillera Central que concentra numerosos ríos y manantiales, donde está ubicado.
Bosque húmedo
Se trata de un bosque muy húmedo y sensible, cuna de numerosos ríos. Durante generaciones, los campesinos vivieron del café, hasta que la roya golpeó con fuerza en los noventa. Hoy, el repunte del precio del grano y un clima más favorable impulsan su regreso como cultivo compatible con la conservación. “De estas montañas depende por igual el sistema hidroeléctrico de Blanco, compuesto por cuatro centros de generación que producen energía permanente gracias a la estabilidad pluviométrica de la zona”, refiere.
Desde inicios de los años noventa, este macizo montañoso despertó interés de las mineras tras confirmar la existencia de yacimiento de oro. La comunidad organizada logró frenar la exploración. “Nos prometieron progreso, pero vimos destrucción. Elegimos defender el agua”, recuerda Polanco.
A pesar de ese logro, las agresiones al ecosistema continuaron. La tala de madera preciosa, la agricultura de tumba, quema y más reciente, el cultivo de orégano con uso de químicos, aceleraron la pérdida de bosques, la erosión de suelos y la contaminación de las fuentes hídricas. Fue en ese contexto que se logró el Parque Nacional Hoyo del Pino.
Festival Comunitario
—Para defenderla
Como parte de la conmemoración la Federación de Campesinos Hacia el Progreso celebrará festival comunitario los días 11, 12 y 13 en el corazón del territorio protegido para recordar que la montaña está viva y defenderla.