Modificación ley de Educación

Modificación ley de Educación

Modificación ley de Educación

Wilfredo Mora

La enseñanza orientada al desarrollo del pensamiento hace del salón de clases el epicentro de la reforma educativa. Usualmente, las reformas educativas surgen de los sectores de las comunidades, incluidos los docentes y sus organizaciones.

O de foros que se propusieron llevar a cabo propuestas superadoras del actual estado de caos, del que tienen expresado algunas quejas o desacuerdos.

Considerando que este trabajo representa un esfuerzo complejo de propiciar una labor de investigación y de asesoría, a fin de contribuir a que se comprenda mejor la naturaleza y complejidad de los problemas y de las soluciones que, sin importar las relaciones, conocimiento y técnicas disponibles, se traduzca en lograr una educación más equitativa, permanente y de calidad para todos.

No pudiéndose avanzar en la línea del diálogo, habiendo muchos desencuentros entre reforma y docentes, entre Estado-docentes-comunidad educativa, las opciones de cambio educativo no han tenido muchas condiciones, al punto que se deben llamar “eventos”, y no proceso de reformas, las innovaciones institucionales a las que ahora pueden formularse y discutirse en la nueva política educativa que se vive, hoy en día, surge el tema de reformar de una buena vez, la Ley de Educación.

Los empeños se han orientado más a difundir y a “modelizar” la realidad de la educación, que a comprenderla en su complejidad e integración. A saber: “procesos”, “actores”, “relaciones”, “dinámica”, “conflictos”, “indicadores”, “lecciones aprendidas”, “contradicciones”, entre otras muchas más. Complejo es el mundo del aula y complejo es el mundo del MINERD.

En ambos lados, falta de información y un conocimiento más fundamentado; en ambos casos el conocimiento requerido no llega al mismo tiempo en que se necesita; se actúa a tientas en lo que constituye el campo de acción de la educación.

Una nueva estrategia en la educación requiere no sólo información y el saber experto, sino el sentido común que surge de las condiciones reales. Se requiere modificar la legislación para así poder abandonar el modelo tradicional en un nuevo modelo de cambio educativo. Y sobre esta base, poder enfrentar a los actores involucrados en una discusión y revisión de su marco legal institucional y que ahora se denominará marco de la reforma educativa:

Las implicancias de un nuevo orden para llevar a cabo el proyecto educativo nacional en la República Dominicana tienen una obligación reveladora, y es que el proceso debe ejecutar los cambios estructurales y del funcionamiento del sistema, siguiendo los lineamientos y pautas que puedan resultar de utilidad y ser resueltos de forma separada. Aunque la reforma de la ley educativa puede parecer un problema político, este no puede dejar fuera a los distintos sectores de la comunidad educativa y el proceso educativo.

Frente a esas tensiones, queda el reto de llevar a cabo una capacitación crítica del sistema hegemónico existente, en las que se permite ir a juzgar las condiciones de la aplicación de los instrumentos técnicos y operativos en las acciones de los actores involucrados.

La decisión política sobre la educación que deberá adoptar la sociedad en su conjunto es el compromiso de no renunciar a destinar recursos significativos en las áreas que hacen eficiente el sistema educativo. El Estado deberá adoptar el principio de libertad educativa con criterio de interés general; es decir, que implique una coordinación entre todos los sectores y actores de la educación. Quedamos a las órdenes del Ministerio.

 



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