La Real Academia Española define una autopista como “una carretera con calzadas separadas para los dos sentidos de la circulación, cada una de ellas con dos o más carriles, sin cruces a nivel”. Por eso cuando tomo la ruta hacia Samaná, algo que sucede con cierta frecuencia, siempre digo que voy por la carretera del Nordeste y las calles de Terrenas y no por autopista.
Por el uso frecuente vengo pagando el aún muy exorbitante precio para poder rodar por la misma. En cada una de las cuatro estaciones de peaje, que increíblemente en el 2022 aun solo aceptan pagos en efectivo, se otorgaba de manera automática un recibo impreso con el monto pagado.
Hace un año, con grandes sonidos de tambores de triunfo, el Estado dominicano readquirió el contrato de concesión de dicha vía por la astronómica suma aproximada de US$1,500 millones de dólares y con ello anunció una reducción mínima en las tarifas del peaje. Sin embargo, a partir de la operación pasar a manos del Fideicomiso RD Vial observo que, si no se pide explícitamente el recibo, el mismo no se expide. Todo un contrasentido.
Es inconcebible que en estos tiempos aún se esté usando efectivo en los peajes y no aprovechamos los medios electrónicos existentes. Se podrían pagar con tarjetas de crédito, tarjetas de débito o los prepagos denominados ‘paso rápido’. Con estos mecanismos se aseguraría no tan solo que ingresen todos los dineros correspondientes a cada vehículo, eliminando las posibilidades de retención de recibos y sus correspondientes emolumentos. Además, habría un sistema confiable de poder contabilizar el trafico y proyectar flujos futuros de ingresos que a su vez son garantía de los títulos de deuda emitidos por RD Vial.
Este seria un paso más en la tan anhelada transparencia administrativa que se desea en el Estado dominicano. Además, el Estado por vía del Banco de Reservas cuenta con la tecnología necesaria para su implementación.
De igual manera, eliminaría posibilidades de corrupción y agilizaría el flujo vehicular por dichas estaciones de peaje, redundando en mayor eficiencia vehicular. Algo muy lógico y de fácil implementación.