Hoy, próximo a las ocho de la noche estaré cumpliendo cuarenta y tres años de vida conforme los registros de mi madre: Juana Guerrero. Soy el cuatro y último hijo de una familia compuesta por tres hermanos más: dos varones y una hembra. Con luces y sombras se ha desarrollado mi vida. Pero, como ya lo dijo el poeta Pablo Neruda en su obra «Confieso que he vivido», hago lo mismo en estas memorias.
Haber cumplido más de cuarenta años tiene sus méritos. En ese sentido cito al maestro Confucio cuando expresó: «A los 15 años me dediqué a aprender. A los 30, me establecí. A los 40, no tenía dudas. A los 50, conocí la voluntad del Cielo. A los 60, mi oído estaba sintonizado. A los 70, sigo todos los deseos de mi corazón sin quebrantar ninguna ley”. Me identifico tanto con ese esquema de pensamiento, porque en verdad no tengo dudas de haber sido como soy, y en las ocasiones que he herido a alguien, puedo decir en mi defensa que posiblemente haya sido por causas de las circunstancias y no de mi voluntad. El Alma continúa intacta, muy raras veces he albergado odio hacía alguien. Y cuando ha ocurrido, se ha desmoronado tal cual llegó.
¡Gratitud eterna a mis creadores. A esta sociedad. Y a todo aquel que ha hecho de nuestra formación y carácter el hombre de hoy!! Confieso que más han influenciado los ¡No puedes!, que los “Sí” alegres e irresponsables. Cada día me levanto con la firme convicción de alcanzar un peldaño de las metas trazadas. ¡Ayyy años vividos!!!, en este transcurrir se nos han ido seres muy queridos, pero lo equilibras con la llegada de otros. Sabes componer con armonía y tiempo el destino de cada Ser, por tal razón, hay que comprender, aceptar y obrar conforme tu voluntad. Celebro la vida y la muerte!!, una y otra forman una unidad, un todo. Mientras tanto, ¡salud por la vida!!