En la Cámara de Diputados fue depositada una propuesta para crear el Ministerio de la Familia, ¡excelente iniciativa!; debemos abogar por que sea aprobada.
La vida se complica, escasean los recursos; dejemos de complacer grupos y preparemos la nación para manejarse con criterios normativos y una estructura de mecanismos prácticos, que ayuden a toda la población.
En el país, tenemos un Ministerio de la Mujer y otro de la Juventud, con los que nunca he estado de acuerdo. La idea de tener diferentes ministerios basados en el sexo y la edad es propia de quienes se empeñan en dividir la familia, fomentar la desigualdad, complicar el sistema burocrático, para beneficio grupales.
He abogado por un Ministerio de la Familia o de Bienestar Familiar que aglutine a todos; que como si fuera un hogar, se encargue de fomentar la unidad familiar, con lazos de afectos, valores morales, educación y de regular las políticas públicas enfocadas en la familia, que conduzca a la armonía, bienestar y paz social.
A ninguna sociedad le conviene dividir la familia y menos, sembrar la discriminación, para atender sectores específicos; son un atentado a la integridad familiar.
Con un Ministerio de la Mujer, discriminamos al hombre; con un Ministerio de la Juventud, excluimos los niños y adultos mayores; pueden estar bien intencionados, pero al analizarlos a la luz de los valores, costumbres, proyectos y tendencia familiar, los resultados son desastrosos; envían señales de división que no es conveniente mantener.
Necesitamos un ministerio que arrope la familia; que facilite su acceso a políticas sociales, públicas y privadas, en áreas como salud, educación, deportes, etc…; que coordine de manera efectiva sus actividades, rumbo al desarrollo integral.
El país enfrenta problemas económicos, sociales, educativos, que debemos eliminar, haciendo una reingeniería de toda la estructura; necesitamos mecanismos que unan las familias, el pueblo; proceden organizaciones que faciliten la acción, eduquen y orienten en grupo, para ser más útiles a la sociedad.
En las manos del Congreso Nacional esta modificar leyes obsoletas, para que hombres y mujeres, de todas las edades, se puedan educar e incorporar a la vida productiva; el Ministerio de la Familia, es una excelente propuesta. Desde las alturas enviará los mensajes de que, con la familia unida, todo es posible; la esperanza y la fe fluyen; la carga es más liviana.
De la misión de este ministerio se desprenderán múltiples objetivos: unir el núcleo familiar, por los mismos valores, intenciones y oportunidades; contribuir a su mejor educación; trabajar por una sociedad más justa, equilibrada y humana; desarrollar el espíritu de trabajo en equipo para combatir males, vicios, delincuencia; enseñar a tener iniciativas privadas.
Indiscutiblemente, los problemas sociales deben combatirse, facilitando la preparación y participación de hombres y mujeres, de todas las edades, para que, con igualdad de oportunidades, aprendan y se beneficien; de ahí la importancia de un Ministerio de la Familia, que cual hogar, sea una fuente que facilite orientación, luces, recursos, aprendizaje, para todos sus miembros.