SANTO DOMINGO.-Si bien es cierto, que generan múltiples beneficios económicos y en pro del desarrollo de las ciudades, las canteras o explotaciones mineras a cielo abierto representan una de las actividades que, mal manejadas, generan mayores impactos negativos al medioambiente.
De ellas se extraen materiales agregados, es decir piedras trituradas, gravas y arenas para la construcción de infraestructuras viales y edificaciones, calizas para cemento, así como mármol y gratino, que una vez pulidos son usados en la funcionalidad y embellecimento de distintas áreas de la vida cotidiana.
Según Julio Valdez, director de Recursos Mineros del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el mayor efecto de esa dinámica se produce cuando las empresas no siguen las legislaciones ambientales vigentes, así como las disposiciones establecidas en los permisos ambientales, causando daños a los ríos, flora y fauna, aumentando la contaminación de aire y acústica.
En el país, la mayoría de las extracciones de este tipo están presentes en las zonas como San Cristóbal-Baní y Azua por su cercanía con el Gran Santo Domingo. Igual es común ver canteras de calizas y agregados en Bávaro y La Romana, por las construcciones de hoteles, y zona de Navarrete-Santiago.
“Se ha decidido por años que Medioambiente otorgue los permisos ambientales de la minería no metálica bajos las concesiones mineras y las autorizaciones de permitir extracciones de grava, arena, gravilla y piedras”, explicó Valdez, quien especifica que cada mina tiene un código para operar y un estudio de impacto que incluye plan de minado, de manejo ambiental y de cierre como parte fundamental de la operación de las canteras.
Resolución
El Ministerio de Medio Ambiente recién emitió la resolución 009-2021 para elevar el control de cada cantera a fin de regular el sector, lo que implicará una mejor logística para alcanzar los objetivos.
“De todos los proyectos que operamos, un 80 por ciento tiene autorizaciones transitorias, buscamos que se regularicen todas y obtengan su licencia o permiso ambiental”, comentó Valdez, que asegura buscan que cada mina cumpla con su Plan de Manejo Ambiental (PMAA).
Este último equivale a que una vez concluya una de esas actividades se realice el proceso de restauración o remediación ambiental de colocación de capa vegetal en zonas donde se dejen de extraer materiales y se planten árboles endémicos o se creen lagunas para criar peces como medida para dejar los terrenos hábiles para ejecutar otros proyectos más productivos.
Las recomendadas
— Canteras secas
Las canteras secas, es decir donde no hay humedad en su proceso de obtención de materiales de la corteza terrestre son las más recomendadas debido a que no utiliza y no genera residuo en su proceso.