Gente arriba a la plaza frente a la Basílica de la Virgen de Guadalupe en Ciudad de México en la peregrinación anual, jueves 12 de diciembre de 2019. El coordinador de defensa civil, David León, estimó la concurrencia en 9,8 millones de personas, cifra superior a la población de la capital mexicana. AP
Ciudad de México.- Como cada 12 de diciembre, millones de fieles llegaron el jueves hasta la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, la patrona de América Latina, tras varios días de peregrinación desde distintos puntos del país.
Hombres, mujeres y niños –muchos con retratos de la virgen– llegaron hasta el recinto situado en el norte de Ciudad de México, a menudo cumpliendo promesas para pedir o agradecer algo a la virgen.
Jesús, de 13 años e hijo de María de la Luz Andrade, estaba contento. “Es la primera vez que vengo a `la Morenita”’, otro de los nombres con los que se conoce a la virgen.
“Qué me ayude a curar mis pies”, pidió el pequeño con una enfermedad de nacimiento que solo le permite caminar con muchísima dificultad y de la mano de su madre, una vecina de Chimalhuacán, un violento suburbio de la capital.
Para las 7 de la mañana había unas 9,8 millones de personas alrededor de unos de los santuarios más venerados de la Iglesia Católica, estimó el coordinador nacional de defensa civil, David León. De ser cierto, es más que toda la población de Ciudad de México.
Este año, la Conferencia Episcopal latinoamericana convocó a todos los católicos de la región, que vive momentos convulsos en muchos países, a unirse a “una jornada especial de oración por la paz de América Latina” y en especial por “las víctimas de las diferentes expresiones de la violencia en el continente”.
Según la tradición católica, en 1531 la virgen de tez morena se le apareció al indígena Juan Diego y su imagen quedó impresa en el manto del hombre, que está exhibido dentro de la iglesia. Juan Diego fue canonizado en 2002 por el entonces papa Juan Pablo II.
Las multitudes alrededor del templo son tan grandes que algunas personas duermen en la desde la noche anterior en la acera de enfrente, a fin de tener oportunidad de entrar y ver la imagen de la Guadalupana, como los mexicanos llaman cariñosamente a la virgen.
“Vengo a dar gracias por los milagros que me ha brindado”, explicó Armando Velázquez que llevaba 12 horas caminando junto con su esposa embarazada y su bebe y con dos vírgenes a cuestas, la mayor casi del tamaño de una persona y atada a su espalda. Quería pedir a la Guadalupana salud para su familia y “que nos siga bendiciendo”.
La celebración del 12 de diciembre inicia oficialmente en el primer segundo del día cantándole “Las Mañanitas” a la virgen en la basílica, la canción popular mexicana que se entona en los cumpleaños, pero durante los días previos y los siguientes el recinto religioso y sus alrededores se llenan de fiesta.