No me pesa confesar que recientemente pedí excusas a la vocera Milagros Germán tras referirme a un documento que ella indicó era falso.
Al comunicarnos, vi en su actitud una profesionalidad y cortesía muy diferentes a sus tuits farandúlicos y otras publicaciones que han motivado de mi parte muchas críticas, algunas muy incisivas.
Sería injusto si niego que, desde hace algunas semanas, quizás atendiendo consejos de sabios expertos de su confianza, Milagros luce manejarse mucho más sobriamente; eso me alegra.
Ayer, antes de caer otra vez en gancho, pregunté acerca de varias listas que circulan por redes sociales enumerando contratos publicitarios jugosos, algunos sin justificación comercial, que al parecer son espurias.
Estimo muy equivocado y cuestionable que se premie desproporcionadamente con decretos y contratos a activistas, programeros y comunicadores “independientes”, que sustituyen las “bocinas” del PLD para ser cornetas del gobierno y del PRM.
Pero, al señalar entuertos para corregirlos es mejor hacerlo honestamente, porque lo que se edifica con mentiras termina derrumbándose. Pellizcar con verdades da más gustico que inventar.