SANTO DOMINGO.- En la primavera del verano de 2008, un adolescente de 16 años impresionó a los más connotados técnicos del béisbol dominicano y parte del personal más calificado en las operaciones del béisbol de Grandes Ligas.
Michael Ynoa era un pícher Delgado con 6 pies y cuatro pulgadas que impactó con su calidad y actitud subido en un montículo. Once años después, el recipiente de un bono de 4.25 millones con los Átlético de Oakland reflexiona sobre esos días y mira hacia el futuro con esperanza. Ynoa es uno de los relevistas más efectivos de las Águilas Cibaeñas en las últimas tres temporadas.
“Sigo trabajando en mi comando, lanzando mi recta, entrenando la curva, el ‘cutter’ y buscando los buenos resultados”, expresó Ynoa al final de un partido que salvó para las Águilas. El antiguo prospecto cotizado sigue de pie en el negocio del béisbol, pese a las lesiones que le impidieron avanzar en sus primeros años como profesional.
“Doy gracias a Dios porque sigo aquí lanzando a nivel profesional y listo para seguir creciendo en este negocio”. El bono recibido por Ynoa era el más alto otorgado en el país hasta ese momento y aun se mantiene como uno de los cinco más lucrativos. Ynoa, nativo de Padre Las Casas, Puerto Plata, tiene 28 años y su experiencia en las Grandes Ligas se limita a 59 entradas en 45 relevos entre 2016 y 2017 con los Medias Blancas de Chicago. Con Oakland, Ynoa nunca lanzó más arriba de Clase A avanzada y fue cambiado a Chicago en 2015.