Michael Douglas llega a serie protagonizando a Benjamin Franklin

Michael Douglas llega a serie protagonizando a Benjamin Franklin

Michael Douglas llega a  serie protagonizando a  Benjamin Franklin

Michael Douglas llega a serie protagonizando a Benjamin Franklin

ESPAÑA.. Michael Douglas se le ha puesto cara de billete de 100 dólares, lo que no es poco en esta vida. Quien representó la codicia con Gordon Gekko, la lujuria desaforada de una entrepierna en Instinto básico/Atracción fatal y la sonrisa cómplice -o agria- que mejor ha combinado en una pantalla con Kathleen Turner, es ahora Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos.

Douglas, de 79 años, es el protagonista total de Franklin, una miniserie lujosa, muy del estilo de Apple TV+, que acaba de estrenar esta plataforma. Lujosa, repetimos, aunque patine en cuanto a rigor histórico capilar: Franklin era en su vejez calvo y mechudo de alerones, mientras que Michael no renuncia a su melena de león viejo.

Nos parece bien. Para eso tiene dos óscares; uno como productor (Alguien voló sobre el nido del cuco, 1976) y otro como actor (Wall Street, 1988). “Acepté el papel porque en este momento de mi vida quería probar algo que no fuera corriente y nunca había participado en una producción de época”, dice. Douglas llevaba un tiempo jubilado y sólo había interrumpido su retiro para aparecer en la saga de Antman, del universo Marvel, y cobrar un sustancioso cheque. Así que no hay duda de que Franklin le interesó. “Además, quería ponerme mallas”, bromea el actor desde una habitación de hotel en Beverly Hills.

“Recuerdo que en la escuela cuando se hablaba de Benjamin Franklin y la electricidad, a mí me abrumaba pensar en alguien con tanto talento e imaginación. Era un hombre del Renacimiento. Todo lo que hizo era increíble y en la serie nos centramos en su gran misión política”.

La historia

¿Cuál fue esa misión tan trascendental?

La serie, basada en un libro de la premio Pulitzer, Stacy Schiff, comienza en diciembre de 1776, cuando Estados Unidos apenas declarada su independencia de Gran Bretaña y se encuentra al borde del colapso.
Su ejército es débil y carece de recursos para la guerra.

El proyecto del nuevo país tiene peligro de derribo. Por ello, Franklin es enviado a Francia con un único objetivo: conseguir que el rey Luis XVI apoye con armas y dinero su causa. El inventor del pararrayos se ve inmerso en un peligroso juego de espías, mientras se pasea por salones parisinos y alcobas. “Franklin no tenía experiencia diplomática, pero dominaba el arte de la seducción”, dice sobre el carisma de su personaje. Benjamin Franklin tuvo la presión de sostener sobre sus hombros la supervivencia de la democracia americana.