Luis Emilio Roa Chalas, de 64 años, quien se encuentra entre los fallecidos del accidente de México. fuente externa
Santo Domingo.-Los siete dominicanos fallecidos la semana pasada en el accidente de tráiler en Chiapas, México, iban tras el sueño de “lograr una mejor vida para sus familias”.
Rafelín Martínez Castillo, de 30 años, salió el día 3 de diciembre de República Dominicana con la ilusión de llegar a Estados Unidos y desde allí poder darle una mejor vida a su padre, pero nunca imaginó que ese sueño se vería tronchado seis días después, cuando el tráiler en el que viajaba junto a otras personas se accidentó mientras atravesaba México.
Su padre, Rafael Augusto Martínez Sánchez, aún no asimila la noticia de que su hijo está entre los fallecidos de la tragedia que dejó 56 muertos y 104 desaparecidos.
“Nada te prepara para perder a uno de los seres más importantes de tu vida; mi corazón siente tu partida hijo mío”, expresó consternado Martínez Sánchez.
Dijo que los padres siempre se encargan de educar a los hijos, pero que al final son ellos los que determinan su destino.
“Nos dedicamos a educar y criar a los hijos, pero ellos son los que saben las decisiones que toman, uno los aconseja y los prepara para la vida, pero ellos son quienes toman su decisión final”, dijo.
“Yo como padre hablé con él y le expliqué los riesgos de ese viaje, pero no me escuchó y mira ahora las consecuencias”, indicó.
“Lo que más me parte el son las palabras que siempre me decía sobre el porvenir de la familia: Papi dile a mi niña que cuando llegue a Nueva York tú, ella y mi mamá van a viajar”, narró Rafael Augusto Martínez.
El padre de Rafelín dijo que su hijo era muy querido por todos.
“Mi hijo tenía 30 años, era muy querido por todos. Nosotros somos artesanos, a él, económicamente, no le iba mal, estábamos manejando el peso, pero la ambición le hizo cambiar de parecer, tenía algunos amigos allá en Estados Unidos que le prestaron dinero para emprender el viaje, uno de ellos le prestó 10 mil dólares, otro 4 mil y otro 5 mil y así sucesivamente completó el costo del viaje que terminó con su muerte con tan corta edad”, agregó.
Rafael Augusto dijo que su hijo estaba muy ilusionado con el viaje que acabó con su vida.
“Mi hijo estaba muy ilusionado con ese viaje, pero lamentablemente perdió su vida”, dijo afligido.
Luis Emilio Roa Chalas, de 64 años, quien se encuentra entre los fallecidos del accidente de México es definido por su sobrina Yessica Cuevas como un hombre trabajador, honrado y responsable.
“Mi tío que era comerciante y padre de dos hijos; era una persona que no se quedaba quieta, trabajadora y sociable, en vida lo que él decía siempre su palabra se imponía, lo que decía eso era; no le gustaba que le llevarán la contraria, decía que lo que sabía para donde iba y lo que quería en la vida”, dijo.
Era un hombre persistente que siempre estaba detrás de su sueño.
“Mi tío varias veces salió del país, la primera vez se fue en yola para Puerto Rico y de ahí se pasó a Estados Unidos donde duró como cinco años y vino a su país por voluntad propia, luego se fue una segunda vez en yola pero fue atrapado cuando llegó a Puerto Rico donde duró tres meses con él allá y fue retornado al país, hasta que esta fue la decisiva”, explicó Cuevas.
En tanto que Carlos García, tío de Ángel Lisandro Lugo García, manifestó que su sobrino se fue por las faltas de oportunidades existentes en el país.
“En este país hay mucha falta de oportunidades, principalmente para los jóvenes; mi sobrino siempre salía a buscar trabajo y no encontraba, él ayudaba a su padre”, expresó.
Agregó que su sobrino era la “mano derecha” de su padre, quien se dedica al oficio de maestro constructor.
“Él siempre quiso una vida mejor, que se vio frustrada en ese accidente; nosotros estamos destrozados”, dijo García.
Mientras que los familiares de Edison Yunior Báez, alias Bacalao, un residente en Nizao que se trasladaba todos los días a la comunidad de Las 20 Casitas, en el pueblo de Baní, lo definieron como un hombre trabajador y dedicado a su familia.
“Mi nuero era un hombre normal, siempre entregado a su familia”, dijo Diego Perdomo, su suegro.
El joven se dedicaba al negocio de moto préstamo.
“Mi nuero era prestamista y le iba muy bien, nosotros no nos podemos quejar de él; en estos 3 años que compartimos no tenemos quejas de mal comportamiento”, dijo.
Mientras que los familiares de Luis Emilio Noboa, de 59 años, lo definieron como un hombre trabajador y enfocado en el bienestar de su familia.
“Yo soy el único hijo que la vida le regaló y el padre que la vida me dio”, dijo Frank Noboa, hijo de Luis Emilio Noboa.
Indicó, que su padre siempre se enfocó en proteger y cuidar a su familia.
“El mejor padre que pude tener en la vida, mi padre era un amor en el mejor sentido de la palabra, yo era la luz de sus ojos; siempre estuvo enfocado en el bienestar de la familia”, dijo consternado el joven de 36 años.
Detalles
—1— Decisión
Los padres educan a los hijos, pero son ellos los que deciden al final.
—2— Sueños
En busca del llamado sueño americano que no se materializó.
—3— Oportunidades
Falta de oportunidades a los jóvenes influye en la salida del país en busca de mejoría.