Sorprendió mucho el reclamo público hecho esta semana por los honorables jueces y fiscales en procura de un aumento salarial, a pesar de la desautorización externada por el presidente del Poder Judicial y de la Suprema Corte de Justicia dominicana. Lo cierto es que esta clase de queja por parte de cualquier sector productivo es motivo de preocupación, pero, cuando la misma proviene de los miembros de un poder del Estado dominicano, es grave, lo que debe llamar mucho la atención, y, en ese sentido, mi solidaridad con su causa.
¿Con esa acción de los magistrados se pudiera decir que estamos pasando a otra etapa de la vida democrática dominicana? Considero que sí. Enhorabuena la decisión de exigir justicia para quienes la imparten cada día a todos aquellos que la procuran. ¿Los salarios de los magistrados les permiten vivir con dignidad? Con el elevado costo de la canasta familiar, y las exigencias propias del sistema, aún el presupuesto estatal asignado no es suficiente, ni competitivo. Aclaro, no es un sueldo de lujo el cual deben tener (¿y hasta por qué no?), es una remuneración acorde con su desempeño, y rol que ocupan en la sociedad.
De un juez o de un fiscal siempre se espera lo mejor. Pero, ¿gozan ellos del respaldo necesario para el mejoramiento de su nivel de vida? No queremos aupar para que vivan como dioses aquí en la tierra, pero después de Dios, sólo los jueces pueden juzgar la conducta y las actuaciones de sus pares. Reitero, ¡merecen mejores condiciones de vida!
Pueden hacer contacto con el Lic. Carlos Eduardo Tavárez Guerrero, llamando al teléfono: 809-274-8020, o escribiendo a: consultealjurista@gmail.com