Mi etapa más feliz

Mi etapa más feliz

Mi etapa más feliz

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Investigaciones de la Universidad Estatal de Nueva York citan que, al cumplir los 50, entramos en la etapa más feliz de nuestra vida, siempre y cuando entremos en esta década de manera consciente y aceptando las bondades de ser “mayor de edad” sobre el terror de envejecer.

Ayer, al soplar mis 51 velas, imaginariamente, me sentí dichosa al mirar atrás y confesar que he disfrutado de cada paso como eterna aprendiz, me he sentido feliz por los frutos que sigo cosechando con mis manos y las aventuras que he emprendido, algunas con finales felices y otras no tanto, pero todas, sin excepciones, han moldeado mi carácter y estilo de vida.

Para algunos, al margen de las celebraciones, abrazos y felicitaciones, el cumplir años les puede causar cierto miedo ante el inevitable paso del tiempo y la cercanía de la muerte. Si de algo podemos tener certeza es que ella llegará, a veces de manera inesperada, sin importar lo que hagamos. Así que haz lo que te haga feliz y punto.

La realidad es que los años llegan con algunas sabidurías. Unas de las que más valoro, es haber aprendido a vivir el ahora, valorar las bendiciones que recibo, equilibrar la presión social y saber dejar ir. Todos estos aprendizajes han llegado por esas tristezas, dificultades y situaciones de dolor que nadie quiere, pero que son parte del regalo de respirar.

Venimos a esta vida a vivir, y por ello solo hay que dar gracias de manera indiscriminada. ¿Qué hay sufrimiento? Sí, pero hay tantas alegrías, gente que uno quiere y vivencias que, a pesar del paso y peso de los años, el dolor y las enfermedades, valen cada segundo extra de respiración.

Esta etapa de mi vida es el momento de la seguridad y de confiar plenamente en mí. En este medio siglo, más uno, ya no hay cabida para los miedos e inseguridades. Ahora más que nunca no dejo que nadie me marque hasta dónde puedo llegar. ¿Ridículo o divertido? Yo mando. Te sorprendería lo poderoso que es entender esto.

El paso de los años nos enseña que el tiempo es solo nuestro. Por tanto, solo uno decide con quién quiere compartirlo y en qué prefiere invertirlo. Sin importar cuánto se cumple, lo primero es decidir aceptar cada año con madurez y seguridad, pero también con frescura e ilusión.