Siempre creí extraño que una universidad tenga por nombre O&M, que me dicen significa Organización y Método. Quizás su fundador, José Rafael Abinader, deseaba destacar las corrientes de administración y asuntos públicos en boga hace medio siglo.
Los gurús y profetas de la gerencia siempre inventan (“hacen” re-ingeniería) nuevas reglas básicas para mejorar resultados. Otra gente re-inventa la rueda o el agua tibia. Olvidan que la escritura, fundamento de la civilización, la inventaron árabes y chinos hace milenios para llevar la contabilidad de cosechas e impuestos.
Los sistemas de administración y gerencia coinciden en que es imposible ocuparse de todo al mismo tiempo. Saber priorizar y dedicar los mayores esfuerzos, tiempo y energía a los problemas más graves distingue a los mejores empresarios, gerentes y políticos.
Si me tocara aconsejar a quienes pueden disponer qué hacer, sugeriría concentrar todos los empeños del presidente en estimular la producción y combatir la inflación, acabar el caos del tránsito y resolver el híper tollo de las EDE.
Y que la Justicia apriete con macana legal, con más sentencias y menos impunidad y lawfare. Para lo demás, que ministros y directores inquietos cumplan sus funciones en vez de estar soñando con el 2028. (A ver si salimos del tapón…).