Qatar.-El escenario de la Copa del Mundo está preparado para quizás un último enfrentamiento entre los dos mejores futbolistas de su generación y, para muchos, los dos mejores de todos los tiempos.
En Qatar, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo están seguramente ante la última oportunidad de ganar el máximo trofeo.
A pesar de su fortaleza física es poco probable que estén disponibles para el próximo torneo en 2026, cuando Messi tendrá 39 años y Cristiano 41.
Pelé y Diego Maradona, probablemente los dos únicos jugadores que pueden desafiar la supremacía de Messi y Cristiano en los libros de historia, se ganaron su reputación con sus logros en mundiales.
Pelé ganó el trofeo tres veces para Brasil, mientras que Maradona lideró a la Argentina al título en 1986 con una actuación de tal brillantez individual que dejó una huella imborrable en el torneo.
Una gran tarea
Por todo su talento, Messi y Cristiano todavía tienen que emular a los dos hombres que buscaron superar durante sus trayectorias.
Están en la etapa final de carreras históricas. Entre ambos suman 12 balones de Oro, nueve trofeos de Liga de Campeones, 18 títulos de liga y muchos otros galardones. Pero agregar la Copa del Mundo sería lo máximo en un momento en que ambos jugadores ven menguar sus poderes.
Messi habló recientemente como un hombre que finalmente acepta que no puede jugar para siempre. “Ya tengo la suerte de poder estar en este Mundial ya con 35 años”, dijo el capitán argentino en una entrevista con DirecTV Sports en octubre. “Después de este Mundial, veremos lo que pueda suceder a nivel carrera”.
Carrera en desorden
Mientras tanto, Cristiano enfila a Qatar con su carrera en desorden después de no poder salir del Manchester United y mantener una tirante relación con el entrenador Erik ten Hag.
El mes pasado no fue convocado por un partido y tuvo que entrenar separado del primer equipo como castigo por negarse a entrar como suplente ante Tottenham.
En este punto, es imposible determinar en qué condición mental y física estará en el Mundial.
Del mismo modo, es imposible descartar a un jugador que repetidamente ha establecido nuevos estándares, incluso en el ocaso de su carrera. Recientemente, anotó el gol 700 a nivel clubes.
Una gran rivalidad
En la rivalidad que mantienen, Messi parece tener la ventaja en este momento.
Aunque no haya replicado sus mejores años en el Barcelona desde que se unió al Paris Saint-Germain, está demostrando ser más influyente en su segunda temporada en Francia, con los goles fluyendo una vez más.
Si ambos estén en condiciones de competir en la Copa del Mundo es por la forma en que han cuidado sus cuerpos.
Dave Hancock, ex fisioterapeuta de la selección de Inglaterra y luego se convirtió en director de entrenamiento y rendimiento de los Knicks de Nueva York y actualmente dirige la gestión de datos deportivos de la aplicación Apollo, cree que los jugadores de fútbol han seguido el ejemplo de los atletas estadounidenses.
Siguen un patrón
“Ves eso en muchos deportes estadounidenses”, dijo Hancock . “Lo he visto a lo largo de los años cuidando a gente como Kevin Durant, Saquon Barkley en privado”.
“Si miras a Tom Brady, tiene 45 años. Tiene su propio hombre. Hay un equipo a su alrededor para que se den cuenta de que cuanto más tiempo jueguen, más dinero ganarán”, indicó Hancock.
Hancock opinó que Messi y Cristiano comparten los mismos rasgos mentales, aunque son físicamente diferentes.
Jugadores somatotipos
“Son jugadores un poco diferentes y diferentes, lo que llamamos somatotipos, en su físico corporal”, evaluó el experto. “Pero claramente esos muchachos que juegan al más alto nivel durante tanto tiempo han entendido lo que deben hacer para mantenerlo, ya sea trabajando en el gimnasio, cuidando lo que comen, durmiendo”.
Ni Messi ni Cristiano serán definidos por el Mundial, aunque se les siga negando. Los tiempos han cambiado y el fútbol de clubes ha superado en gran medida al juego internacional en términos de perfil y popularidad debido al éxito de la Liga de Campeones y la Liga Premier en particular.
Logros de ambos
— Estadísticas
Sus respectivas hazañas en Barcelona y Real Madrid, especialmente, crearon una rivalidad como nunca se había visto en el deporte, con el Balón de Oro convertido en un duelo personal durante más de una década.