Mercancías humanas y trasplantes criminales

Mercancías humanas y trasplantes criminales

Mercancías humanas y trasplantes criminales

Wilfredo Mora

El primer día de marzo del presente año, el doctor Fernando Morales Billini, director del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort), nos remitió una carta en que reconocía como válido nuestro artículo dedicado a la Criminología de los trasplantes, que sindica las funciones del Ministerio Público en esta materia.

Además de la cuestión médica, técnica o ética en los trasplantes, está el argumento legal sobre los distintos bienes jurídicos que deben tomarse en cuenta para su protección; en esta diversidad de problemas era que estaban contenidas nuestras opiniones y razones.

Tal como expresa en su carta, “ningún programa de trasplantes depende del MP, sino de una ley en particular (la 329-98, del 11 de agosto de 1998), que además armoniza muy bien con la Ley General de Salud”, y en ese sentido, le expresamos el deseo de que el Incort pueda cumplir con la misión de organizar de forma óptima los trasplantes y permitir que el Ministerio Público identifique aquellos que resulten ilegales.

Igual que el Incort, sentimos la preocupación de que la enmarañada situación de la niña Masiel, ahora esto de las redadas a las clínicas, se refleje negativamente en el acto solidario de donar, de usar los trasplantes con fines curativos.

Las desapariciones de personas (sobre todos si son niños) sirven de asidero parar sospechar la existencia de tráfico de órganos.

Es por eso que las autoridades tienen razón de investigar: el tráfico de órganos es un crimen de lesa humanidad y debe ser enfrentado.

En la estructura del crimen organizado los trasplantes tienen lugar de manera forzosa, involuntaria, lo que indica que la trata de personas no es sólo un problema sexual, sino un negocio, donde los órganos humanos tienen demanda, porque son muy escasos.

Pero lo cierto es, que frente a los mitos y realidades, generalmente estas cosas ocurren en países donde no hay un organismo de regulación de trasplantes de órganos, tejidos y células, o la infraestructura sanitaria deficiente.

No nos engañemos, términos como “mercado negro de órganos humanos”, “turismo de trasplantes”, son una realidad. Según la normativa internacional es alto el porcentaje de los trasplantes que se realizan a escala mundial, y que son producto del tráfico de órganos.

Estas agencias han identificado zonas donde este fenómeno criminal tiene mayor incidencia, y aunque no hablan de porcentajes, sino de miles de casos, tienen motivos para estar preocupados.

Al igual que usted no concibo una red de crimen organizado operando en nuestro país para el tráfico de órganos.

Pero al ser realidades que operan de manera clandestina, pudiera resultar un caso de turismo de trasplantes, mediante “una estructura dentro del crimen internacional”, o simplemente “turistas con recursos” que nos visitan porque saben que no tenemos un buen sistema público de trasplantes, de tenerlo sería una salvaguarda.

Las mafias más poderosas del mundo también se sirven de la pobreza para comprar órganos y revenderlos a mayor precio, y lo hacen en todos los continentes.



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