Se ha convertido en tema escabroso la cuestión de cuán conveniente es escoger candidatos en los partidos mediante primarias cerradas, en la que solo votan sus miembros inscritos en un padrón.
Estimo que el presidente Fernández tiene razón al explicar los aspectos jurídicos del tema; aparte del sentido común que indica que cualquier gremio o grupo debe regirse por su reglamento interno.
Pero aún teniendo legalmente razón, ¿quién quisiera someterse a cualquier escrutinio cuyo control esté en manos de Félix Bautista, el secretario de organización del PLD y “dueño” del padrón?
Habas se cuecen dondequiera: por ejemplo, nada menos que en Harvard hay un escándalo porque en una reciente elección de sus empleados y estudiantes, hubo una exclusión deliberada de casi medio millar de nombres de la “lista Excelsior” o padrón.
En 1966 una corte estadounidense dictaminó que en cualquier elección interna para asuntos sindicales la entidad del gremio debe proveer a todas las partes un padrón completo e igual, una “lista Excelsior”. Si eso es en Harvard, ¿qué haría Félix?