Menos violencia contra la mujer

Menos violencia contra la mujer

Menos violencia contra la mujer

Altagracia Suriel

El 10 de diciembre es el Día de los Derechos Humanos. Es buena fecha para pensar más las formas de librar a las mujeres de la abominación de la violencia que sufre una de cada tres mujeres.

Cada mujer cuando forma una familia o tiene una relación con un hombre tiene proyectos y sueños que quiere realizar desde esa perspectiva de vida en pareja.

Pero también se plantea metas en el ámbito personal y profesional. La violencia contra la mujer termina con todos esos sueños y aspiraciones.

Conocemos mujeres que renunciaron a sus sueños de ser médicas o abogadas destacadas o hasta artistas huyendo de un hombre abusador que quería matarlas. Huyeron por su vida, pero en esa huida se olvidaron de sí mismas y perdieron muchas de sus esperanzas.

Perder vidas de mujeres y el potencial del sexo femenino por culpa de la violencia es un retroceso ninguna sociedad civilizada puede permitirse.

Las mujeres son el motor del desarrollo y del crecimiento espiritual de la sociedad. Las mujeres son el sostén de las familias. Si las mujeres están mal, las familias están mal y la sociedad también.

Para ser ejes del desarrollo las mujeres tienen que vivir libres de violencia. Para ello hay que invertir en la protección de la mujer desde su protagonismo. Hay que dar poder a la mujer.

Las inversiones en desarrollo que están centradas en el empoderamiento de la mujer producen resultados más rápidos e integrales. Niños y niñas educadas, sanas y protegidas y familias funcionales.

Para promover el bienestar social centrado en mujeres es necesario brindar atención y el cuidado infantil en familias en situación de pobreza como forma de promover derechos e incorporación de la mujer al mercado laboral.

Hay que crear oportunidades de capacitación y habilidades para la vida y el trabajo en mujeres en situaciones de abuso, trata o prostitución.

El círculo de la violencia atrapa, sobre todo, a las mujeres que tienen menos posibilidades de romperlo. Hay que combatir la violencia con desarrollo como nuevo nombre de la paz, como decía Juan Pablo II.



TEMAS