Siguen las muertes de mujeres a manos de su pareja. Ya se superaron las cifras del año pasado para esta misma fecha. Todos los días nuevos casos.
A las que no las matan las dejan mutiladas o desfiguradas.
Las muertes siguen y ya nadie se alarma. Y seguirán mientras se haga pornografía de la violencia.
Está estudiado que la exposición de la violencia sin un tratamiento adecuado incita a la violencia. También está investigado que la presentación de imágenes de muertes violentas motivan la comisión de más asesinatos.
Leonard Berkowitz plantea que la exposición de estímulos agresivos incrementa la susceptibilidad de una persona para la excitación fisiológica y emocional, lo que a su vez, aumenta la probabilidad de una conducta agresiva.
ostiene también que la manera de presentar la violencia en programas de medios de comunicación incide en la probabilidad de que los espectadores se conduzcan de forma violenta.
La apología de la violencia no sólo se ve la televisión o en la prensa. El cine también tiene su mérito en invitar al maltrato a la mujer.
Llama a consternación el éxito de la película “Las 50 sombras de Grey” y el interés que ha suscitado en la juventud. Esta “joya” del cine debutó en la defensa del abuso como forma de romance y el sometimiento a sadomasoquismo como escalafón social.
Recreando la trama, hubo muertes y violaciones a mujeres en diversos países del mundo.
La violencia no puede ser mostrada como algo “natural” y cotidiano porque no lo es. No podemos anestesiarnos frente al dolor o disfrutar con el dolor del prójimo. No es humano. La esencia humana es la empatía y la compasión, no la indiferencia.
Así como hay movimientos contra la corrupción o favor de Loma Miranda, habría que crear movimientos para repudiar la pornografía de la violencia.
Debiéramos, incluso, propugnar por una carga impositiva fuerte para la emisión de imágenes violentas que inciten a la violencia y dañen a las familias dominicanas. Algo más hay que hacer para parar los feminicidios.
Y hay que hacerlo ya.