Los días pasan lentos, las emociones demasiado rápido.
No encuentran un punto en común
porque todo se ha transformado.
Las horas son enemigas
y la mente no encuentra sosiego,
mientras todo sigue cambiando
y solo quieres que se detenga.
Sale el sol y piensas que todo comienza.
Se esconde el sol y todo sigue igual.
Has perdido el control de las cosas
y ni siquiera sabes cuándo pasó.
Y estás solo, tan solo que duele.
Quieres salir pero no sabes por dónde,
a quién preguntar o qué hacer
porque es una soledad compartida.
Nunca el mundo había estado tan cerca
y al mismo tiempo tan lejos.
Quieres que todo vuelva a ser como antes
pero ya nada será igual.
Gritas y nadie te oye
y descubres que solo hay silencio,
que tu voz no se escucha
porque todos están tras paredes.
Das las gracias por lo sencillo
y no extrañas lo que tenías,
solo quieres que, cuando vuelva a salir el sol,
puedas salir con él.
Mientras tanto, todo ha cambiado
y tú no eres el mismo.
Hoy, no alcanzas las 300 palabras
porque nada es igual.