Mejor solución que problema eterno

Mejor solución que problema eterno

Mejor solución que problema eterno

Ana Blanco

El primer paso para solucionar algo es reconocer que tienes que hacerlo y muchas veces es más difícil dar ese paso que realmente resolver el problema.

Yo lo llamo tácticas de autodefensa que se basan en algo simple: si no se admite, no existe y mucho menos es algo negativo. Lo único que no funciona en esta fórmula en teoría perfecta es que por mucho que lo alargues, por mucho que lo niegues y que lo justifiques al final, tarde o temprano, lo vas a tener que enfrentar y cuando dejas que pase mucho tiempo, en la mayoría de los casos, lo que quizá comenzó como algo sencillo suele complicarse.

Es verdad eso de que el tiempo es buen compañero, para muchas cosas. Pero en este caso es simplemente esa táctica de autodefensa que realmente no va a funcionar.

Yo soy de las que trato de enfrentar cara a la cara las cosas, a veces hasta con demasiada impulsividad y poco análisis, pero si dejo que ese tiempo pase al final acaba convirtiéndose en un lastre que no me deja avanzar.
Cuanto antes solucionemos, o por lo menos lo intentemos, antes podremos convertirlo es una experiencia, pero si lo negamos o lo dejamos de lado solo se convertirá en algo eterno, pendiente y que de manera recurrente volverá a salir, queramos o no.

Sé que a veces es difícil tomar esa decisión, más cuando quizá se nos escapa el poder controlar lo que va a pasar. Pero hay que verlo así, qué es mejor un mal resultado que un eterno problema. Y en todo caso no eres adivino y lo que crees que pueda ser negativo acabe dándote una sorpresa. Pero si lo dejas ahí, como si no existiera, ni una cosa ni otra y seguirás anclado.



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