Elaborar un presupuesto general de la nación, debe ser una tarea bastante compleja, dado que cuando se disminuyen los montos, se produce una especie de parálisis para programas que se tienen previstos.
Ese ha sido el caso, la mayoría de las veces traumáticos, para los planes de desarrollo de una actividad que impacta en la sociedad.
Llama la atención la reducción del Presupuesto que se sometió al Congreso Nacional para el sector deportes, porque se suponía que ante los sonoros triunfos que ha obtenido el país a nivel internacional, lo más lógico era que se produjera un incremento sustancial.
Creo que el deporte contribuye de manera exponencial en la mejora de la calidad de de vida de las presentes y futuras generaciones.
Por eso llama la atención que siendo el presidente Luis Abinader un apasionado por el deporte y conociendo que siempre ha sido marginado en los montos del Presupuesto se haya enviado a las cámaras legislativas desde el gobierno, una reducción de fondos, aunque no haya sido muy significativa.
Creo que llegó el momento de cambiar radicalmente la idea que se tenía, en especial entre la clase política tradicional y definitivamente obsoleta, de que la inversión en deportes no reviste importancia alguna en el desarrollo integral de un país.
Si bien hay que exigir a rajatablas, sin flexibilidad, a los dirigentes pulcritud en el manejo de los fondos asignados, la realidad es que al deporte se le ha venido otorgando una “milañita”, como si fuera de lástima.