Cuando tenemos un diagnóstico de colesterol, el médico hace recomendaciones, que incluyen modificaciones en la alimentación y el estilo de vida.
También es probable que si los niveles de colesterol malo están muy elevados, el paciente sea puesto en un tratamiento farmacológico.
De acuerdo al comportamiento que el paciente mantenga, dependerá si puede o no reducir, mantener o incrementar la medicación. En muchos casos, la mejoría depende del estilo de vida del paciente.
El colesterol alto aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, ataques cardíacos tal como vimos en publicaciones anteriores.
Una de las razones por las que muchas personas no toman acción sobre al cambio a una vida mas responsable y saludable es la creencia que una pastilla puede solucionar sus futuros problemas.
Según múltiples estudios realizados sobre este y otros problemas de salud, la medicación es algo así como una curita sobre una herida.
Es una solución temporal.
En los Estados Unidos han realizado múltiples estudios que validan la efectividad de hacer cambios progresivos y sostenidos en el estilo de vida.
La combinación de alimentación saludable, balanceada y 150 minutos de actividad física semanalmente ha dado mejores resultados que los medicamentos en temas como la prevención de diabetes, colesterol, dolores crónicos, enfermedades cardiovasculares y cerebrales, entre otras.
Actualmente hay decenas de programas dedicados a crear una nueva conciencia para volver a los valores que primaban hace unas tres o cuatro décadas atrás cuando la alimentación estaba basada en los productos naturales y la vida era mas activa.