Callum Blake-O'Brien creó más de 17 cuentas falsas para enviar mensajes abusivos a través de internet.
Callum Blake-O’Brien creó un gran número de cuentas falsas para enviar mensajes que fueron descritos como «inimaginablemente horrendos» a varias mujeres.
Una adolescente que dice haber quedado «emocionalmente bloqueada» por su implacable abuso habló en exclusiva con la BBC.
La joven asegura que el británico de 25 años —ahora en prisión— eligió «cuidadosamente» a sus víctimas para causarles la mayor angustia posible.
«Cuando leí los mensajes, me sentí muy mareada. Hablaba de violación y tortura».
«Tomé una captura de pantalla. Era muy largo y contenía todo tipo de detalles gráficos«, recuerda.
Gemma* le dijo a la BBC cómo fue recibir el primer mensaje, una noche de marzo de 2017, cuando estaba en su habitación.
«Solo leí las primeras líneas. No pude seguir leyendo; mis padres leyeron el resto», recuerda.
«Mi mamá me dijo: ‘Deberías ir a la policía’. Yo estaba muy asustada».
Preguntas sin respuesta
Con tan solo 17 años, Gemma se preguntó entonces si aquel mensaje era «algún tipo de broma».
Trató de averiguar quién lo había enviado, pero la cuenta era anónima y había sido desactivada.
«Cuando lo leí, ya había creado otra cuenta y comenzó a enviarme más mensajes perturbadores«, recuerda la joven.
«En uno de ellos me decía que no debería asustarme de la oscuridad porque él prefería actuar a plena luz del día».
Después, comenzó a incluir información personal sobre la familia de Gemma, incluido el trabajo de su padre. Una vez incluso mencionó de qué color tenía ella los ojos.
«Le respondí: ‘¿Quién eres? ¿por qué haces esto?’«.
Pero Blake-O’Brien le envió todavía más mensajes abusivos en respuesta a su pregunta.
El rechazo de la policía
A los pocos días, la familia denunció los mensajes a la policía.
Pero cuando Gemma fue a la estación policial «armada» con sus capturas de pantalla, se sintió decepcionada por la respuesta del agente.
«Me dijo que ese hombre no era una amenaza directa para mí y que no había oportunidad de encontrarle porque había un servidor proxy» (una interfaz que actúa como mediadora entre sistemas informáticos).
Gemma dice que el policía le sugirió que borrara su cuenta de Facebook, pero ella no quiso hacerlo porque la usaba para su trabajo a tiempo parcial.
«Sentí que me trataron como una niña que estaba siendo demasiado dramática».
La estudiante dice que un segundo agente se demoró «varias semanas» en presentar un informe en el Child Exploitation and Online Protection (CEOP), el organismo de la policía británica encargado de la protección en internet hacia los menores de edad.
Esos informes son elaborados por las autoridades sobre asuntos relacionados con el abuso infantil o con formas preocupante de comunicarse en internet hacia otras personas, y deben enviarse de manera inmediata.
Miedo constante
«El rechazo de la policía hizo que me sintiera más sola», dice Gemma, que ahora tiene 18 años.
«Desactivé mi cuenta varias veces y continué bloqueándole, pero él creó nuevas cuentas. En total, me envió entre 75 y 100 mensajes desde cinco cuentas diferentes», agrega.
«Me bloqueé emocionalmente por esos mensajes, pero la sensación de que podría hacerme daño nunca desapareció. Sentí que no podría salir a la calle y me puse nerviosa. Nunca antes había tenido ansiedad«.
Falsas esperanzas
Después de algunas semanas, los mensajes se detuvieron abruptamente. En abril y mayo no hubo ninguno, pero el alivio duró poco tiempo.
«Estaba al teléfono con una amiga cuando recibí otro mensaje en junio. Sabía exactamente qué sería y de quién. Fue devastador», recuerda.
«Me había dado una esperanza falsa de que se había detenido y pensé que por fin había comprendido el mensaje».
Gemma volvió a la policía, pero esta vez se reunió con dos mujeres, una agente y con una detective, que se tomaron el asunto «más en serio».
«Creo que ellas supieron comprender el poder que él tenía y cómo yo me sentía».
Las agentes pronto relacionaron el caso con el de otra mujer que también lo había denunciado y que había recibido mensajes similares»
Dos semanas más tarde, Blake-O’Brien fue arrestado.
«Cuando me enteré de que fue arrestado en Hereford (la ciudad inglesa donde vive también Gemma), me derrumbé por completo. Era el pensamiento de que pude haberme cruzado con él varias veces», recuerda.
Su sorpresa fue todavía mayor cuando le dijeron el nombre del sospechoso. Era alguien que había estado en contacto con su hermano.
«Nos había elegido a dedo, o bien nos conocía ya o se había puesto en contacto con nosotros».
El Servicio de Enjuiciamientos de la Corona dijo que Blake-O’Brien acosó a varias mujeres.
El joven conocía a algunas de sus víctimas y estaba en contacto con otras de ellas, dijo la institución británica.
Durante el juicio, admitió su culpabilidad en los casos de 10 mujeres. El pasado mes de febrero recibió una sentencia de dos años y medio de prisión.
Fue hallado culpable de siete delitos de acoso que implicaban temor por posibles actos de violencia y otros tres relacionados con el envío de mensajes de naturaleza grosera o indecente.
Blake-O’Brien pasará 15 meses en libertad bajo fianza, pero tiene también una orden que le prohíbe ponerse en contacto con cualquiera de sus víctimas.
También tiene prohibido usar dispositivos que se conectan a internet, a menos que pueda registrar y mostrar su historial de uso.
Sin embargo, pese a que la justicia se está haciendo cargo de su acosador, Gemma se siente decepcionada por cómo fue gestionado su caso.
Asegura que le gustaría que Facebook introdujera algún tipo de ayuda de escritorio para poder denunciar fácilmente el abuso en la red. También cree que la policía y otras autoridades tienen una «comprensión limitada» sobre cómo funcionan las redes sociales.
«Ese no debería ser el caso en estos crímenes, que se van a incrementar en el futuro. Soy una adolescente y no pude disfrutar de todo ese año de mi vida».
El inspector británico Ross Jones urgió a quien no estuviera satisfecho a que emita una queja y a que las víctimas hablen: «Su coraje juega un papel fundamental».
«Sé que quienes viven este tipo de experiencias pueden tener efectos a largo plazo en su salud mental y en su bienestar», le contó el jefe policial a la BBC.
«Todas las personas que denunciaron a Blake-O’Brien requirieron la ayuda de un especialista. Nosotros trabajamos para ayudarles a denunciar y seguiremos haciéndolo».