Las autoridades dominicanas informan con datos muy precisos resultados de las acciones de control y represión al tráfico ilegal de drogas en el país. Se informa que, en menos de tres años, se han sacado de las calles 9,4 toneladas de diversas drogas: cocaína, heroína, marihuana, crack, éxtasis y otras sustancias controladas, De acuerdo con los datos ofrecidos, estos resultados superan en 7,8 toneladas a los resultados de los 4 años previos. Aunque no se dice nada sobre la pureza de las sustancias decomisadas al microtráfico, los resultados evidencian una gran labor en el lado de la reducción de la oferta.
Pero estas informaciones también sirven para poner en evidencia que por más altas que sean las incautaciones, muchísimos más altos son los cargamentos que burlan los controles. Casi simultáneamente conocemos que, una sola banda asociada al cartel de Sinaloa enviaba mensualmente, solo de cocaína, hasta ocho toneladas a RD y otros 4 países, sumando más de 90 toneladas en un menor tiempo que el anunciado por las autoridades. Y por supuesto que el negocio de las drogas dispone de múltiples organizaciones criminales funcionando.
El contraste es abrumador, porque evidencia que tener más incautaciones, no significa que se ha reducido el tráfico por nuestro país. Pero esto no desdice de los esfuerzos realizados, pues son los mismos que se obtienen en otros países, que aplican los mismos principios y estrategias. Esos resultados, nos obligan a preguntarnos sobre la eficacia de nuestras políticas. Pero también sabemos que a mayor disponibilidad mayores niveles de consumo, es decir, mayor demanda en la sociedad.
Y así será siempre, no nos cansaremos de decirlo, mientras pongamos en práctica una nueva forma de enfrentar el fenómeno de las drogas. Una política integral que tenga como estrategia principal la reducción de la demanda de drogas, traducido en masificar la prevención, tratamiento, formación, investigación, reducción de riesgos y daños, reinserción social. No hay atajos posibles. O nos reinventamos o seguiremos girando sobre el mismo eje, sin el más mínimo avance.