Master y Margarita

Master y Margarita

Master y Margarita

Wilfredo Mora

“Master y Margarita” es una novela de Mijaíl Bulgákov (1891-1940), publicada en 1967, en una edición expurgada, representando la tragicomedia que significó la Era de Stalin. Es una de las grandes novelas del siglo XX.

En clave de nuestro país, este drama podía ser el espejo del gobierno actual del PLD, que en estos tiempos ha significado un horror para los intelectuales serios, que suplican a voces libertad para sus trabajos (v. g. los periodistas); es una pura coincidencia que una mujer política, lleve el nombre de Margarita, y que por todos los medios y canales haya querido ser candidata presidencial, guarde relación con el título de este artículo.

La novela es una obra inconclusa, aunque se sabe que fue escrita en partes; es decir, la primera parte en 1930, 1937, 1940 y una cuarta parte en 1941, terminada por su mujer, Yelena Serguéyevna, tras la muerte del autor. Y como dije, publicada en los años 60; la prohibición fue inmediata por el gobierno soviético, por ser considerada una sátira del autoritarismo, o una parábola antitotalitaria del régimen impuesto por Joseph Stalin.

Si la analizamos en su contexto originario, y también en el de la democracia occidental, es claro que se nos está implantado un cierto autoritarismo político, debido a los “políticos modernos”, a quienes hay que definir como “seres grotescos”. Es la inversión de los valores a los que se refiere la novela, en la clase política.

Con Master y Margarita, podemos ver el sentido de la moral en la política dominicana. Pero no sólo eso, sino la función de responsabilidad de un gobierno frente a sus ciudadanos, y a su vez de sus ciudadanos frente a sus autoridades. Los personajes, los temas y el estilo son muy particulares.

Lucha encarnizada entre el bien el mal, el valor y la cobardía, y muestra la naturaleza de la autoridad que le niega la libertad a los demás seres que están angustiados por no sentirse libres.

Personajes que encarnizan el lado oscuro del espíritu: codicia, corrupción, sensualidad negativa, y amargura.

Los personajes animales (gato, ratón) son los vasallos de los políticos. El Maestro, un sujeto amargado, pero sobre todo decadente, también se le asemeja a los gobernantes que dirigen como dictadores, o por los menos con cualidades mesiánicas.



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