El mundo siempre ha sido inestable y el futuro, por vía de consecuencia, impredecible para los países, en lo particular, y la humanidad en sentido general; pero la coyuntura actual parece más confusa que nunca en medio de un orden mundial que apunta a iniciar el cronómetro de su fecha de vencimiento.
La República Dominicana no escapa al fenómeno migratorio y a los cambios económicos, políticos, sociales y demográficos, todos interconectados con el indetenible avance tecnológico, de implicaciones globales, que separa el hoy del ayer.
Esto quizá explique que se hable con tanta frecuencia de incertidumbre y que el análisis geopolítico se haya convertido en una especie de industria del conocimiento.
¿Cuáles naciones están en condiciones que afrontar exitosamente las amenazas del futuro? La respuesta es que son aquellas que cuentan con recursos económicos, tecnológicos y humanos capaces de responder a las mismas a través de un pensamiento y acciones geoestratégicas.
Los temas de defensa y seguridad nacional son prioritarios en las agendas de los países desarrollados, a los que invierten extraordinarias partidas presupuestarias.
El objetivo es obvio: blindarse ante eventuales amenazas a la defensa y la seguridad nacional. En el caso dominicano, amenazas como el narcotráfico, el crimen transnacional y la migración ilegal representan materias pendientes de ser abordadas a profundidad por los actores políticos y sociales.
Nuestro país, por diversas razones, constituye un Estado débil, cuya incidencia en el escenario geopolítico no es significativa.
El Poder Nacional debe verse como la expresión integradora de los recursos con que cuenta un Estado determinado con la finalidad de defender sus intereses internos y externos.
Afortunadamente, desde 1997, hemos venido creando una masa crítica en estudios geopolíticos y estratégicos, pero cuyo valor se desconoce, a juzgar por la dispersión de esos valiosos recursos humanos. Me refiero a los cientos de egresados de la Escuela de Altos Estudios Estratégicos (Egaee).
Aunque muchos de ellos han ocupado, o están en relevantes posiciones públicas, esos conocimientos no se han articulado en algún centro de pensamiento que pueda dar respuesta a cualquier eventualidad local, como consecuencia de acontecimientos en un mundo tan convulsionado.
Además, de los oficiales generales egresados, figuran civiles con nombres conocidos como Carlos Pared Pérez, Henry Mejía Oviedo, Roberto Rosario Márquez, Manuel Crespo, Carlos Cepeda, Radhamés Camacho, Néstor Cerón, Ruddy Nelson Frías, Carlos Amarante Baret, Adonaida Medina, Melanio Paredes, Jaime Martínez Durán y Graynmer Méndez, entre otros.
Los egresados de la Egaee reúnen el perfil para identificar amenazas y desafíos de la defensa, la seguridad y el desarrollo en las expresiones del Poder Nacional y desempeñarse como planificadores estratégicos en los referidos temas.
Además, realizar análisis sobre la incidencia de los sistemas internacionales, actuar en correspondencia con los valores éticos que rigen el quehacer profesional nacional, detectar con la mayor antelación posible los próximos conflictos, amenazas y riesgos que se deriven a partir de la modificación de situaciones geopolíticas mundiales, adelantándose su impacto, así como formar calificados formadores de la docencia para elevar la calidad de la enseñanza superior en el país.
La apuesta es a crear un centro de pensamiento sobre defensa y seguridad nacional que genere las ideas para que la República Dominicana pueda dar respuestas a sus amenazas en los referidos ámbitos, sin tener que depender de países desarrollados.