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Más valores patrios

Altagracia Suriel Por Altagracia Suriel

La patria representa lo que somos como pueblo y es el resultado de la lucha por la libertad y la autodeterminación de los grandes hombres y mujeres que forjaron lo que hoy es la República Dominicana.

Duarte representa el paradigma del patriotismo. Su vida y su muerte no fueron inútiles. Duarte vive en el pueblo. Sus huellas y su ideario nos comprometen a valorar lo que somos y lo que nos identifica y a sentir orgullo de ser dominicanos y dominicanas.

Honrar a Duarte es respetar los símbolos patrios, cantar el himno y detenernos cuando se esté izando una bandera de color rojo, azul y blanco que nos recuerda la sangre derramada por los patriotas en la conquista por la independencia, que Dios nos protege y que queremos vivir en paz y unión.

Amar a Duarte es preservar la democracia como el valor más preciado que nos legaron los que se inmolaron por esta tierra. La democracia la seguimos construyendo los ciudadanos y ciudadanas con nuestra participación comunitaria, con el ejercicio del derecho a elegir y ser elegidos, con la incidencia y la movilización social y, sobre todo, educando para la democracia en las familias y en las escuelas.

Recordar a Duarte es reforzar la identidad cultural, amando lo nuestro, conociendo y transmitiendo las costumbres y tradiciones. Amar la patria es preservar su música, sus ritmos, la comida, y, sobre todo, conservar la alegría y la solidaridad de su gente: el valor más preciado de la República Dominicana.

Honrar a Duarte es amar la libertad como valor fundamental de nuestras vidas. Hoy la libertad ya no es un reclamo frente a la esclavitud, la colonización o el totalitarismo.

El reto de hoy es conquistar la libertad interior que significa vivir desde la ética y los principios en una sociedad individualista que endiosa el consumismo y el materialismo.

Rousseau decía que el hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado. Y Jesús nos hace un llamado a ser libres. A romper las cadenas del egoísmo, del odio y la soberbia. Hoy, ser libres es conquistarnos a nosotros mismos.

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Altagracia Suriel

Columnista de El Día

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