Rafael Ramírez Ferreira
Porque… “La tolerancia es la virtud
Del débil”.
Saber y no hacer,
Es un no saber.
Buda.-
Muchos aseguran, con o sin razón, que los grandes males de este cada día más rico país, “asegún” las estadísticas que presentan ostentosamente las autoridades correspondientes; sin lugar a dudas, tienen un indiscutible y esencial origen,“el elemento político-partidista”.
Y claro está, para aquellos que aseguran esto, la historia les da suficiente material para sustentar su teoría. Sólo con la ley de presupuesto, sería suficiente para sustentar la misma. Todos los años el mismo descuadre sin que nadie aporte el dato, que es producido, porque los partidos políticos en el poder, cada día hacen crecer en forma desproporcionada, casi increíble, la famosa burocracia dentro de los diferentes estamentos del gobierno, con la sola visión de complacer los caprichos o necesidades de los compañeritos que se fajaron en la campaña política.
En tanto, la confianza en los organismos llamados a sustentar las bases del destino del país, cada día se sumergen más en el descredito y su fortaleza moral, apenas movería, si existiera, el nivel del aparato para medir la moralidad y la ética, como la Justicia, por ejemplo.
Estamos negados a escribir nuevas hazañas que enaltezcan nuestra historia republicana y muy por el contrario, los baldones de vergüenza no cesan de derramarse sobre ella. Cuando los que dirigen en su conjunto, carecen de sensibilidad social, la miseria inunda y ahoga a todos aquellos necesitados quizás hasta de alma.
Como si fuera un icono, uno de esos dibujos de una curva en un cartel que señala la proximidad de una curva en la carretera, es en este caso, una sola palabra que nos indica sin ambages, donde y quienes son los protagonistas de
Titulares, como el que salió hace unos días en un periódico y cito: “Los niños de la siembra: El drama de los Modados estudiantes obligados a abandonar la escuela para irse al conuco”.
La culpa de esto radica en las prácticas que se han maculado en las últimas décadas, cuando en realidad se esperaban que fueran de prosperidad no solo económicas, sino, que fueran de pulcritud e inspiración moral y ética para las nuevas generaciones. Pero he aquí, que a los hombres políticos desiempre, no les interesa en ningún sentido, la juventud de nunca.
Son esos mismos políticos-partidistas, que con displicencia y sin sentido de responsabilidad ante el futuro de esta juventud sin dolientes, les ha dado por llamar, dentro de este periodo dictatorial democrático que nos ahoga en un teatro irreal de desarrollo económico selectivo, que al ser tan enorme e inocultable nos da vergüenza ante los demás países pobres, como “los ni-ni”.
Lejos llegan, si dentro de esta ágora de intereses particulares y manipulaciones maliciosas, los llamados a implementar facilidades para el buen empleo y la buena paga, nadamás se preocupan por sus intereses particulares y la justicia, con poder suficiente para ponerle coto a esta situación, se preocupa por sus locales o sus sueldos.
Por eso, solo por eso, voy a tener el atrevimiento, la osadía y el irrespeto, de unirme a “Mis Buenos Días” de Don Rafael Molina Morillo, en cuyo texto se conjuga todo cuanto se merecen los culpables de la existencia de los niños del conuco, de los Ni-Ni y de todo aquel que no pertenece a la claque política-partidista.
“Buenos Días”, así decía el escrito: “Asco, repugnancia, repulsión, asquerosidad, aversión, odio, animadversión, grima, desagrado, aborrecimiento, empalago, empacho, saciedad,hastío, desapego, antipatía, tirria,manía, disgusto, temor, angustia, desazón, nausea, vahído,vomito, abominación, aborrecimiento, aprensión, escrúpulo, fobia, inquina. Con mucho cariño y admiración a nuestros delicados senadores y diputados, por su noble y desinteresado gesto de aumentarse sus salarios y mantener sus barrilitos y demás yerbas. Así se hace patria”. ¡Si señor!
