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Más pobreza, más deuda en los hogares: una realidad provincial

En nuestro país se aborda con frecuencia el tema de la pobreza tomando en consideración el salario, debido a que es la principal variable que se debe analizar para poder comprender a fondo las realidades socioeconómicas que viven las personas en las diferentes demarcaciones. Esto trae consigo una serie de juicios importantes que permiten tomar mejores decisiones a los organismos estatales.

Cuando hablamos de salarios también debemos tocar el tema de las deudas, porque son dos factores que influyen directamente en los resultados que tienen los hogares; es decir, sería una especie de ecuación diferencial que funciona una en dependencia de la otra y que, partiendo de las características que posea, pudiera acarrear resultados negativos o positivos.

Existen lazos directos entre las personas más pobres y las deudas no productivas que existen en el sistema financiero nacional; es decir, aquellos compromisos que van directamente a cubrir responsabilidades básicas del hogar y que no generan un retorno económico, sino que funcionan bajo la lógica del gasto de consumo.

Tomando en consideración el histórico de análisis e investigaciones que se han realizado en el país en los últimos 10 años, tanto por organismos estatales como no estatales, existe un patrón que se repite y que incluye entre las más pobres del país a provincias como Bahoruco, Elías Piña, Hato Mayor y Monte Plata; también incluye a Independencia y El Seibo.

Según datos de la Superintendencia de Bancos (SB), a través de su Sistema de Información del Mercado Bancario Dominicano (SIMBAD), las provincias que mantienen el mayor porcentaje de deuda en los hogares son Bahoruco (60.14 %), Elías Piña (58.39 %), Hato Mayor (56.13 %) y Monte Plata (52.33 %). Estas se encuentran en la cima de las deudas improductivas, es decir, aquellas que no van directamente a la comercialización o producción de bienes.

Partiendo de estos datos, podemos decir que existe una relación incómoda entre las provincias con mayor porcentaje de deudas en los hogares y las provincias más pobres. Vemos cómo en estas demarcaciones las deudas, más que convertirse en un motor de progreso, están reflejando un deterioro en las capacidades que mantienen los hogares.

Es imprescindible hacer un planteamiento que involucre a todos los actores sociales y económicos del país para fomentar un debate sano y equilibrado que busque alternativas que mejoren las condiciones de la gente que vive esta situación, porque no estamos hablando de personas que toman crédito porque sí, sino de individuos que luchan todos los días para poder llegar a fin de mes.

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Licenciado en Contabilidad por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con Maestría en Gestión Financiera y una Especialidad en Riesgos Financieros. Se destaca por su vocación investigativa y su pasión por el análisis de temas financieros y bancarios.