Más libertad, no libertinaje

Más libertad, no libertinaje

Más libertad,  no libertinaje

La libertad y la igualdad son el motor de democracia. Su esencia son derechos morales convertidos en derechos fundamentales como son el derecho a la expresión, a la opinión, a elegir y ser elegido, a asociarse, a participar en todos los ámbitos de vida social, a la libertad de conciencia, y muchas más libertades.

La libertad sigue siendo un valor sagrado y un derecho inalienable pero tiene sus límites y no es un derecho absoluto. Cuando la libertad se convierte en libertinaje se puede caer en la degradación moral, en el delito y en la descomposición social.

Los derechos asociados a la diversidad sexual pueden ser expresión de la libertad en el país en que aprueben, pero, perseguir, golpear o encarcelar a pastores que se nieguen a casar a parejas gay es más que intolerancia. La libertad de los homosexuales para casarse es la misma que tienen las iglesias cristianas a la libertad religiosa y a la objeción de conciencia, y, de casar o no, a quien no se ajuste a sus cánones.

Libertar es proteger derechos sexuales y reproductivos, pero es perversión y presunción de delito a investigar el escándalo que involucra en la venta de órganos de los fetos abortados en sus clínicas a PlannedParenthood, la mayor ONG promotora del aborto a nivel mundial.

Libertad de expresión es poder casarse con quien uno quiera, pero es una aberración legalizar el matrimonio infantil o hasta el matrimonio entre padres e hijos mayores, este último, tema de agenda legislativa incluso de países occidentales. Ya hay hasta quien exige el derecho a casarse con animales.

¿A dónde vamos a llegar?.

La libertad es liberación. El libertinaje es esclavitud. Abrir las puertas al libertinaje nunca será progreso o desarrollo.
Pablo Freire, hablando de libertad decía que la única liberación auténtica es aquella que humaniza y que implica, más que palabras, praxis, acción y reflexión sobre el mundo para transformarlo en algo mejor.

La deshumanización es un riesgo. Las civilizaciones que perdieron su humanidad y su éthos, perecieron. Estamos a tiempo de volver a la humanidad.



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