Además de saber que hablar con los niños, saber que no hablar. Para muchas informaciones, los niños no están todavía maduros para recibirlas.
Si el niño pregunta, contestar con sinceridad pero con cautela, siendo precisos sin abundar. De no estar preparado para contestar.
Es preferible decir al niño que vamos a informarnos para luego informar a ellos.
Importante es conocer que los niños en los primeros 3 años están descubriendo su cuerpo y lo toca, incluyendo órganos genitales. Tiene curiosidad pero sin conciencia o malicia como aducen algunos adultos.
Es adecuado permitírselo o desviar su atención siempre que lo hagan en privado. De hacerlo en público, instruirlos en que ésta debe ser una actividad privada.
Entre los 3 y 5 años, aumenta el interés y curiosidad hasta el punto de que ocasionalmente podrían tocar a otros de su sexo o del sexo contrario.
Aquí instruirlos en que no es adecuado para ninguno de los dos. No alarmarse, no calificarlos, no reírse, no pegarles. Sólo hablar.
Alrededor de los 6 años, ya empiezan a reunirse con sus pares del mismo sexo y a definir sus roles en las actividades e interacciones sociales.
A los niños no se les debe hablar de preferencias sexuales, ya que ellos están experimentando y descubrirán luego cual es la suya. La identidad de género se desarrolla con el tiempo.
Algunos padres se confunden por algunas actitudes de sus hijos.
Recordar que están experimentando y nada es concluyente en la niñez. Dejarlos fluir en su crecimiento y desarrollo sin tomar medidas drásticas.