Cuánta alegría me causa que Trump decida entender que el Caribe merece atención prioritaria de Washington. Lucía alucinante que China, que no es una economía de mercado, viniera a comerle los caramelos aquí.
China posee más empresarios capitalistas que casi cualquier otro país del mundo, pero su economía es dirigida por un gobierno comunista, formidable empresario estatal que fabrica satélites de telecomunicaciones, submarinos y artilugios digitales.
Los iPhones los fabrican chinos. Con cuatro o cinco veces más consumidores que los Estados Unidos, este enorme país sin embargo está aún lleno de pobres muy pobres.
Trump se opuso recientemente a que la OMC reconozca a China como nación con economía de mercado. La consecuencia es poder objetar y sancionar en la OMC sus prácticas comerciales.
Aunque los gringos quieran replegarse hartos de bregar con morenos, orientales y europeos, que nos pongan un chin de atención quizás convenga mucho, para fortalecer el imperio de la ley, la lucha contra la corrupción y nuestro envidiablemente exitoso crecimiento económico.
¿Ahora qué harán nuestros chinos? Jejeje…