Mario Draghi prometió flexibilizar la política monetaria en la próxima reunión del Banco Central Europeo al comprometerse a permanecer “alerta”, con lo que recurrió a la señal preferida de su predecesor, Jean-Claude Trichet, para indicar una acción inminente.
Si bien admitió que la demanda interna se muestra resistente, los temores respecto de una desaceleración en los mercados emergentes, el fortalecimiento del euro y las posibles repercusiones de una nueva caída de los precios del petróleo siguen dando cuenta de riesgos para el crecimiento y las perspectivas de inflación.
Así que Draghi está en cuenta regresiva para reforzar estímulo.