Margarita es la más simpática figura del peledeísmo. Mucha gente se resiste a creerla tan disminuida en la “consulta” del PLD que eligió nuevo líder, o al menos candidato, a Abel.
Por la unidad de la segunda fuerza política, ella y los demás aspirantes han aceptado el dictamen, pero hay un ronroneo periquitoso.
La cifra de “más de 400,000” votantes en estas primarias ha convencido a pocos, especialmente a quienes dentro y fuera del partido hicieron mediciones a boca de urna. Dicen que como mucho votaron apenas 170,000, de un padrón que se decía era de más de dos millones.
A la democracia le conviene que los partidos se conduzcan transparente y democráticamente a lo interno, desde la selección de su liderazgo hasta el manejo de sus finanzas. Siempre habrá en uno y otro quinta columnas, como gusanera que corroe la entraña.
Sin embargo, pese a sus pocos exabruptos populistas y ocasionales desafortunadas declaraciones, agradecer a sus seguidores y prometer luchar por su partido habla muy bien de Margó. Ningún algoritmo…