Pido disculpas por utilizar este espacio para hablar de este tema. Ni quienes lideran ese “movimiento social”, ni lo que alegan, tiene mayor importancia.
Ver a peledeístas hablar de corrupción es como ver a Hannibal Lecter hablar de piedad. Sobre todo a peledeístas que chuparon fuerte la teta del poder.
Pero es importante analizarlo como un ensayo de lo que vendrá por ahí. La “nueva oposición” carece de moral y de escrúpulos, pero le sobran recursos (que robaron). También tienen mucho miedo; que los hace aun más peligrosos.
El gobierno debe tener en cuenta que lo que le llevó al poder no fue tanto la simpatía, sino más bien el rechazo. Esa población indignada que desafió la pandemia para votar en contra del PLD está ahí, muy atenta.
Donde antes se robaban mil millones y no pasaba nada, ahora no se puede perder un clavo. Lo mucho que robaron los anteriores no será excusa para que ahora se robe menos. Si olvidamos eso estaremos condenados al fracaso (y algunos incluso a la cárcel).
Por el momento el país vive una etapa de noviazgo con el nuevo gobierno, y la “Marcha Azul” está fuera de tiempo. Por lo pronto solo ha servido para indignar a quienes cuatro años atrás iniciamos Marcha Verde como un verdadero clamor de justicia, integrado en su mayoría por gente de nobles ideales.
La “Marcha Azul” es un intento desesperado de distraer la atención, que terminó (antes de arrancar) en rotundo fracaso. Pero que sirva de advertencia al gobierno para poner la barba en remojo. Eso no parará ahí.