La semana pasada publicamos la primera parte de este escrito. Mencionaba en ese momento que estamos viviendo en el país un tiempo eleccionario y que el mismo crea un espacio propicio para realizar propuestas constructivas a nuestros líderes políticos.

Nuestra intención es contribuir a la construcción de una verdadera nación digital, donde todos los dominicanos puedan alcanzar el máximo de sus potencialidades mediante la aplicación eficiente y eficaz de las tecnologías de información y comunicación.

Mediante este artículo, queremos sugerir que todos los programas de gobierno deben incluir un plan concreto y bien definido que apoye el desarrollo de un sistema nacional que fomente el emprendimiento tecnológico y la innovación científica. Aunque el país ha dado algunos pasos en dicha agenda, proponemos que el actual gabinete de innovación pueda ser ampliado y dotarle de una base legal que le permita ejecutar con mayor capacidad sus tareas.

En ese mismo sentido, lejos de crear nuevas instituciones, lo que debemos es establecer un sistema de monitoreo y cumplimiento de las acciones y metas en el campo del desarrollo tecnológico nacional.

Además, acompañar el plan estratégico de innovación y tecnología con un presupuesto consolidado y distribuido en función de la eficiencia en la ejecución. Dicho presupuesto debe incluir una partida que permita crear un fondo de apoyo a la innovación tecnológica donde emprendedores con buenas ideas puedan desarrollar proyectos de vanguardia.

También, una ley de promoción al emprendimiento tecnológico podría ser útil, dado la experiencia de éxito en otras áreas o sectores de la economía nacional.

Nuestro país necesita aplicar una agenda que permita aumentar el número de startups dominicanas y el aumento significativo de las patentes de invención y productos tecnológicos con capacidad de generar bienestar para el pueblo dominicano.

Ha llegado la hora de la digitalización inclusiva de nuestra sociedad, debemos y podemos crear una verdadera nación digital. ¡Juntos podemos!