El béisbol de Grandes Ligas ha sido una de las actividades que históricamente más se ha cuidado de mantener la pulcritud del juego, con el objetivo de que elementos extraños no incidan en el resultado de los partidos.
Son bien conocidas las sanciones drásticas aplicadas a los mejores ocho jugadores de los Medias Blancas de Chicago, tras determinarse que se dejaron sobornar para perder la Serie Mundial de 1919 que discutían con los Rojos de Cinncinati.
Se alegaba que el propietario Charles Comiske era un malvado y extremadamente avaro, porque nunca, ni por asomo, mejoró la precaria situación económica de sus jugadores.
Sin embargo, la sociedad estadounidense echó a un lado esos alegatos de tacañería de Comiske y condenó con una contundencia no vista a todos los que, encabezados por el incialista Charles “Chick” Gandil, vendieron la Serie Mundial.
Tras conocerse esa barbaridad, todos fueron expulsados de por vida por el juez Keneseaw Mountain Landis, primer comisionado.
En ese periodo es que se hace popular, como una forma de repudio “los Medias Negras”.
Delitos de ese tipo y otros de menor cuantía, han sido perseguidos sin piedad por los diferentes comisionados de Grandes Ligas, tras considerar que el béisbol es el deporte que mejor representa al pueblo de Estados Unidos.
El reciente descubrimiento de robos de señas tiene quizá mayor peso específico que el caso antes señalado.
El comisionado Rob Manfred, tras recopilar testimonios de 68 personas, no tuvo otra alternativa que sancionar al manager AJ Hinch y al gerente general Jeff Luhnow, ambos de los Astros.
Aunque la penalidad es de apenas un año y cinco millones de dólares, no hay duda que la presión mediática abogará para que la sanción sea de por vida.
La trampa no es permitida en ninguna sociedad civilizada, y teniendo en cuenta el interés que genera el béisbol, en términos generales, pero en especial el de Grandes Ligas, se agudizará la presión para que sean expulsados sin regreso.
Por lo tanto, esta será una campaña en que la prensa deportiva será la más interesada en que las penas sean implacables. Otro que está ardiendo, porque se le considera el creador de esta “mafia”, es el boricua Alex Cora, actual dirigente de Boston. ¿Qué pasará en las próximas horas?