Madrid.-La tercera Superluna de este verano, con la visión de nuestro satélite lleno más grande y brillante de lo habitual, hará su aparición la segunda semana de septiembre aunque las condiciones para disfrutar del espectáculo astronómico serán menos favorables que las del mes pasado.
El 10 de agosto «se aliaron la coincidencia con la distancia mínima…, es decir, la luna llena y el perigeo (el punto de máximo acercamiento a la Tierra) solamente diferían en 26 minutos y, además, se encontraba en el punto de máximo acercamiento a la Tierra, a unos 360.000 kilómetros», ha explicado en declaraciones a Efe el experto del Observatorio Astronómico Nacional (OAN), Mario Tafalla.
Sin embargo, en esta ocasión «la concurrencia de ambos fenómenos es de unas cuantas horas y, en el perigeo, que será el lunes 8, la luna estará unos 1.500 kilómetros más alejada que la vez anterior».
El astrónomo detalla que cuanto menor sea el tiempo que separa la fase del satélite del perigeo más espléndida será la imagen proyectada por la luna llena.
Aun así, «no hay una definición precisa de cuándo es el corte, así que hablamos de Superluna siempre que el momento de mayor aproximación coincide con la fase de luna llena en menos de un día».
«Para tener una situación parecida a la de agosto tendremos que esperar hasta el 28 de septiembre de 2015, cuando podremos gozar de una Superluna comparable e incluso un poco más vistosa, ya que estamos hablando de 50 kilómetros de diferencia de distancia, un poquito más cerca», adelanta.
Este tipo de fenómeno «sucede cada año y un poco», pero Tafalla explica que aunque «la de estos días no sea la mejor del año, también merece la pena» por lo que quien se perdiera la de agosto «puede aprovechar y descubrir el objeto astronómico más cercano que tenemos».
«Cuando está más cerca, la sensación visual desde la Tierra es que la luna es un 15 % más grande y posee un 30 % más de brillo de lo habitual, en comparación con el momento en el que está lo más alejada posible», precisa.
El astrónomo del OAN apunta que es un efecto «medible y real» aunque aún puede verse más grande merced a otro tipo de efectos visuales como «por ejemplo cuando la luna sale por el horizonte…, entonces parece mayor que cuando está flotando en el cielo y hemos perdido toda referencia».
Por el mismo motivo, «también parecerá más grande si se la contempla junto a una montaña o un edificio grande en el momento en el que aparece en el cielo».
La Superluna de la próxima semana ofrecerá además una coincidencia «curiosa» pues, en el mismo momento en el que «el sol se pone por el oeste, va a salir la luna por el este, ya que ambos cuerpos estarán alineados con la Tierra.»
De todas formas, no es necesario esperar a una Superluna para estudiar nuestro satélite ya que «con unos simples prismáticos se pueden ver los cráteres y los mares» a diario y añade que «es completamente seguro, no es lo mismo que el sol, cuya luz impide mirarlo directamente».
Para una buena observación, Tafalla recomienda buscar un sitio con poca luz: «Básicamente evitar tener una farola encima, porque es como mirar algo con una linterna apuntando a los ojos…, aunque en la ciudad no podemos evitar la contaminación lumínica general, siempre podemos buscar un rinconcito oscuro en un parque».
