Según la RAE, el salón de belleza es un establecimiento donde se presta a los clientes servicios diversos de peluquería, depilación, manicura, cosmética, etc.
En el caso de los dominicanos, las mujeres realizan sus rutinas de belleza en locales que son habilitados para tales fines, que son los salones, mientras que los hombres van a las peluquerías, tenemos algunos centros que son unisex y también se practica el servicio a domicilio.
Estos negocios pueden observarse en las plazas más lujosas de la ciudad o en una marquesina de cualquier barrio. Lo cierto es que un salón de belleza es un lugar de higiene personal, relajación y de conversación muy amena entre adultos.
El día 23 de diciembre estuve en una peluquería de Santo Domingo, la cual está ubicada en una plaza muy popular, tenía 30 mujeres en espera delante mí, pero como el servicio de uñas es muy profesional, decidí salir de compras hasta que llegara mi turno.
Mientras esperaba para que me atendiesen, a mi lado habían dos niños de menos de cinco años, estaban sentados, la niña jugaba con una silla giratoria y tosiendo con todas sus fuerzas arriba de mí, mientras el varón usaba una tablet a todo volumen, el caso es que ambos eran hermanos y terminaron fajándose, la mamá tuvo que desapartarlos, porque se pegaron como una cacata y mi cabeza quería explotar por el estrés que esos nenes me causaron.
Luego que la madre de los niños se retiró, le pregunté a la manicurista la razón por la que no prohibían la entrada de niños al establecimiento y ella me dijo que ya eso está a conciencia de cada persona, porque ellos como centro comercial no pueden devolver a sus clientas, aunque me manifestó que deseaban de todo corazón que eso se detuviera porque es muy desagradable.
Yo podría entender muchas cosas en la vida, pero nunca voy a aceptar el hecho de que una mujer se vaya a un salón de belleza con sus hijos molestosos y sin costumbre a arruinarle el día a las demás mujeres, sabiendo lo agotador que es la vida de ama de casa y el trabajo de oficina.
Si usted tiene planeado ir a un salón de belleza, cuyo servicio tiene como máximo una duración de dos horas, déjele sus hijos al papá, con algún familiar o vaya al primer turno que con gusto le recibirán, esto nadie se lo ha dicho, pero el que paga para ir a relajarse sabe que un niño molestoso no va a permitir que eso suceda, además, un salón de belleza no es el lugar más apropiado para la permanencia de un infante y es por los temas que se tratan ahí.
Así que siendo la voz cantante de todo propietario de salón de belleza que por no perder sus clientas no se atreve a decirlo, a menos que su hija o hijo vaya a utilizar los servicios del establecimiento, por favor, no los lleve, que nadie los quiere allí, los presentes le hacen el “coro” para ver si se calman, pero no es porque les encante su permanencia en el lugar, porque un muchacho inquieto solo es aceptado en su casa.
Muchas se van a escudar que por un tema de seguridad desean andar con sus niños, pero, ¿qué sucede con la salud física y mental del que recibe este servicio todo incluido? ¡La tolerancia tiene un límite!
Luego de leer este artículo, ojalá los padres sean más empáticos y respetuosos con las demás personas y no nos permitan experimentar su diario vivir, por no decir infierno, los salones de belleza no son estancias infantiles y los dueños no están obligados a diseñar espacios para esto, el lugar de los niños está en las zonas lúdicas.
Esperando que nadie se ofenda con este artículo lleno de verdad, recuerden: ¡Los hijos no se llevan al salón de belleza!
Les deseo una feliz Navidad, un próspero Año Nuevo y gracias por leer y compartir.
¡Un fuerte abrazo!