Puerto Plata.- Tras conmemorarse ayer el 45 aniversario de que en 1971 el entonces presidente de la República, Joaquín Balaguer, dejó inaugurado el malecón de Puerto Plata que se extiende con una longitud de 3 kilómetros de largo desde La Puntilla en la fortaleza colonial San Felipe hasta donde estuvo el balneario Colón o Long Beach ya desaparecido.
Dicha obra construida por el Gobierno dominicano en homenaje al natalicio del general Gregorio Luperón, estuvo a cargo de una compañía dirigida por el ingeniero Polibio Díaz y durante los actos de inauguración se realizó una amplio despliegue de tropas militares que incluyó una gran exhibición de aviones con vuelos rasantes y acrobacias que cautivaron la mirada de miles de ciudadanos bajo la dirección del general Juan Forch Pérez quien fungía en ese momento como Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Dominicana.
La construcción del malecón en Puerto Plata fue un proyecto que surgió hace 99 años, según explica el periodista Rafael Díaz Gómez, ya que el primer comité para impulsar la idea de construir una vía tipo malecón alrededor de la playa de la ciudad fue creado en el 1917 por los munícipes Ricardo Limardo (Don Bubul) y Jorge Curiel, quienes impulsaron dicha iniciativa, debido a que Bubul Limardo siempre soñó con que “La Novia del Atlántico” tuviera su malecón.
A raíz del inicio de los trabajos de construcción del malecón de Puerto Plata, el gobierno de Balaguer dispuso el desalojo de cientos de familias en los sectores Los Castillitos, Lombichito, Tukhailan y Pie del Fuerte ya que las prolongaciones o el inicio de las mayorías de calles de la parte céntrica de Puerto Plata se iniciaban en dirección de norte a sur, por lo cual con los desalojados se crearon nuevos sectores como son Colinas del Sur (El Avispero), Mirador Sur, Padre Las Casas, Villa Progreso, Ginebra Arzeno, Los Bordas, Los Limones, entre otros.
Se destaca, que desde el mismo momento de su inauguración el malecón de Puerto Plata ofrece en todo su trayecto un panorama magnifico del Océano Atlántico, apreciándose sus rocas de origen marino, los arrecifes, la arena blanquecina, su aire yodado.
Además de su tupida vegetación costera compuesta por almendros, cocoteros y uva de playa, que están acompañadas de estatuas que forman parte del turismo histórico como son las efigies de Neptuno, el salmista David y la ecuestre del general Gregorio Luperón definido como “La Primera Espada de la Restauración”.