Venezuela y Santo Domingo poseen lazos de afinidad cultural y hermandad que han resistido tormentas peores que el actual intento de Nicolás Maduro de desconocer que perdió las elecciones.
En ese contexto, la historia recordará como una nota al pie, otra anécdota de las chapucerías chavistas, la ridícula amenaza del capitoste Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia venezolano, de “encontrarse en la bajadita” con la República Dominicana, para retaliar por nuestro apoyo a la democracia.
Dice este expresidente de la Asamblea Nacional que “nosotros tenemos petróleo”, como un “bully” que amaga con llevarse guantes, pelotas y bates porque está perdiendo el juego.
El presidente Abinader respondió que “no tenemos petróleo pero nuestra economía es mayor que la de Venezuela. Hemos trabajado para mejorar nuestra calidad de vida, disminuir la pobreza y ya somos la séptima economía de Latinoamérica, sin tener petróleo ni hidrocarburos, pero con un gobierno que trabaja a favor de su gente con transparencia, respetando la democracia y los derechos humanos”.
Lo que diga Cabello no molesta para nada al gobierno, dijo Luis, al recibir al secretario de Estado Blinken en el Palacio Nacional, que sí da urticaria a Diosdado.
Puede que Maduro y sus cómplices sigan ilícitamente en el poder, pero nunca serán más que los sepultureros de la democracia, libertad y prosperidad de Venezuela.