Malasia, al igual que República Dominicana, es un país tropical; pertenece al Trópico de Cáncer, aunque más cerca del Ecuador. Tiene una superficie de 330,800 kilómetros cuadrados y una población de 34 millones de habitantes.
El territorio de Malasia tiene una singular distribución, dividido en dos partes, la más importante está adherida a la gran masa continental de Eurasia, la otra está en la isla de Borneo, la cual comparte con Brunei e Indonesia.
Su capital es Kuala Lumpur, donde están las torres gemelas más altas del mundo, las famosas “Petronas”. No obstante, la sede del Gobierno está en Putrajaya, una ciudad ubicada a 36 kilómetros al sur.
Malasia está ubicada en una de las zonas más estratégicas del Sudeste Asiático, ya que controla, conjuntamente con Singapur e Indonesia, el estrecho de Malaca, que es la ruta de navegación que enlaza el mar de China Meridional con el océano Índico y con Europa vía canal de Suez por el Mar Rojo. Por esa razón, el comercio internacional es parte esencial de la economía de Malasia.
Como gran parte de los países de Asia, que hoy ocupan los primeros lugares en crecimiento económico, no era independiente cuando termina la Segunda Guerra Mundial y cuando se funda la Organización de Naciones Unidas (ONU), era una de las tantas colonias que todavía tenía el Reino Unido.
Declara su independencia el 31 de agosto de 1957, la formaliza el 16 de septiembre de 1963, incluyendo a Singapur, al que expulsa el 9 de agosto de 1965, y es a partir de ahí que se inicia como la Malasia que hoy existe.
Malasia es miembro de la ONU desde el 17 de septiembre de 1957, fue de los países fundadores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), miembro del Foro de Cooperación América Latina-Asia del Este (FOCALAE) y del G-20, parte del Diálogo Shangri-La y observador en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS).
Exhorto a los interesados en hacer negocios con la región más dinámica del planeta en estos tiempos, que es Asia-Pacífico, a conocer a Malasia y considerarlo como un socio estratégico en la región.
Aunque no hay una embajada permanente de la República Dominicana en Malasia (dicho sea de paso, reitero mi sugerencia al presidente Luis Abinader, al canciller Roberto Álvarez y al viceministro José Julio Gómez que consideren la apertura de una embajada en el Sudeste Asiatico), ni de Malasia en República Dominicana, porque es el embajador que está en Cuba que atiende este país de manera concurrente, el Gobierno de Malasia nombró al dominicano, eficiente y conocedor de esa región del mundo Fernando González Nicolás como cónsul honorario, que siempre está aquí dispuesto a escuchar y colaborar con los que deseen hacer negocios y conocer a Malasia. Adelante.