La díscola izquierda dominicana puede ufanarse de implantar en el ánimo de algunos ignorantes que el lucro legítimo es malo.
Ese concepto de que “ganan demasiado” es tan ajeno al capitalismo, aun en los países más regulados, como es de imposible un chicharrón sin manteca. El éxito estimula la competencia.
Estas perogrulladas hay que recordarlas cada vez que se intenta cambiar algo que funciona bien porque “ganan demasiado”, como es ahora el caso de las administradoras de fondos de pensiones.
El problema no es cuánto ganan, sino que les vaya mejor a los administradores que a los dueños de los fondos.
Si las AFP pudieran invertir con menos restricciones o si se revisa la ley de la seguridad social, un concierto de voluntades e inteligencia puede arreglarlo.
Pero sería una fatalidad cambiar el modelo de la capitalización individual para retroceder a un sistema de reparto, fracasado antes en nuestro IDSS y en otras naciones. Ojalá las AFP multipliquen sus ganancias invirtiendo bien, pero que también se refleje en el rendimiento de los fondos.