BOGOTÁ — El presidente colombiano Gustavo Petro y su homólogo venezolano Nicolás Maduro preparan un primer encuentro como muestra de su renovada relación diplomática, luego de más de tres años de tensiones entre los dos países vecinos.
El encuentro se efectuará el martes en Caracas, donde arribará el mandatario colombiano para atender un almuerzo con Maduro, según informó el lunes la presidencia de Colombia en un comunicado. La reapertura de la frontera entre los dos países y el posible reingreso de Venezuela al sistema interamericano de Derechos Humanos, serían temas clave en el encuentro.
Con la llegada de Petro al poder en agosto como primer presidente de izquierda en la historia del Colombia, las relaciones con Venezuela dieron un giro.
Petro decidió reconocer a Maduro como presidente legítimo de su país, contrario a su antecesor Iván Duque (2018-2022) que lo tildaba de “dictador” y reconocía al líder opositor Juan Guaidó.
El encuentro no solamente tiene efectos prácticos dentro del marco del restablecimiento de las relaciones, también es simbólico al darse luego de años de tensiones con el propósito de activar la regularidad de la relación, planteó a The Associated Press Julio Londoño, ex embajador de Colombia en Cuba.
En ese sentido, señala Londoño, es parecido al encuentro de 2010 entre el entonces presidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018), quien luego de posesionarse y restablecer relaciones con Venezuela se reunió con su homólogo Hugo Chávez, fallecido en marzo del 2013.
La reunión de los dos mandatarios generó expectativa desde que inició el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los países y la reapertura de la frontera comercial el 26 de septiembre.
Varios funcionarios del gobierno dieron fechas tentativas que no se cumplieron a la espera de una oficial. Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista de Venezuela, considerado el segundo líder oficialista más poderoso después de Maduro, aplaudió el encuentro entre los mandatarios, destacando que era un punto pendiente de la agenda bilateral que ya existe entre ambos países.
“Bienvenido el diálogo”, dijo Cabello en una rueda de prensa, resaltando que hay muchos temas pendientes y que hacía mucho tiempo que los mandatarios de estos países vecinos no se reunían, “no por culpa de Venezuela”, agregó.
Las autoridades colombianas tenían la necesidad de tratar temas urgentes como la violencia fronteriza, pero “no se atrevían tampoco a hablar con nosotros porque los regañaban en Estados Unidos”, señaló Cabello.
El papel de Maduro adquirió importancia al aceptar que Venezuela sea un país garante en las negociaciones entre el gobierno colombiano y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) que están a punto de reiniciar formalmente.
Caracas recibió recientemente a los delegados del ELN que provenían de Cuba, la antigua sede de las negociaciones. El ELN hace presencia activa en Venezuela, según organizaciones de derechos humanos y el anterior gobierno colombiano.
Maduro ha negado siempre apoyar en su territorio a la insurgencia colombiana. Sin embargo, es aceptado por ambos países que la frontera de 2.200 kilómetros tiene enormes retos en seguridad por la presencia de múltiples grupos armados ilegales que buscan el control del contrabando, el narcotráfico y el tráfico de migrantes.
Otro tema en común de gran interés particular para los dos presidentes es la empresa de fertilizantes Monómeros Colombo Venezolanos, que volvió hace poco a manos de Maduro gracias al apoyo político de Petro luego de años de ser controlada por la oposición. Maduro recuperó el control de uno de los activos en el exterior sancionados por Estados Unidos y Petro busca que la empresa —que opera en Colombia— sirva en su plan de abaratar los fertilizantes, escasos tras la invasión de Rusia a Ucrania.