Era lo previsto. Maduro se apronta para la guerra. Está en el manual. Orwell escenificaba bien esa necesidad de los totalitarismos y las tiranías de mantener una guerra permanente con potencias extranjeras para mejor oprimir al pueblo.
Como respuesta al nuevo informe Bachelet – lapidario-, Maduro, además de insultar y proferir ordinarieces contra la expresidenta socialista chilena, movilizó tropas.
Hay que desplegar misiles en la frontera, trasladar tanques y decenas de miles de soldados – además de las fuerzas disidentes de las FARC, las bandas armadas del narcotráfico y los guerrilleros del ELN colombiano,- porque el cuento de la amenaza de la invasión yanqui y de los atentados contra el presidente que data de la época del comandantes Chávez ya no cuela.
Hay que subir la apuesta.
Es que el informe Bachelet, como se dijo, es lapidario. Hay que acercarse más a la guerra. Es una nueva payasada, pero no deja de ser peligrosa.
En esa guerra de Maduro ahora contra Colombia, con Venezuela se alinea la izquierda y el progresismo socialista y populista regional, también el allende los océanos y hasta cuenta con su toque sagrado y divino representado por el Vaticano.
Con Colombia, en tanto, están Trump y Bolsonaro, los imperialistas, fascistas, derechistas, ultraderechistas, oligarcas, además de la casi la totalidad de los países democráticos y libres del planeta.
Del lado del chavismo está la izquierda,- los izquierdistas y progresistas-representada y bendecida por Cuba, Nicaragua, el gobernante Frente Amplio uruguayo, las FARC, el ELN, el narcotráfico, Iran, Siria, Rusia , China ( y no demasiado y solo por cuestiones financieras), Podemos y algunos socialistas españoles que no saben dónde están parados, Rodríguez Zapatero, Tabaré Vázquez, Mujica, el pequeño Macron, por cuestiones de oportunidad y el papa Francisco.
El inefable Jorge Bergoglio que siente que “es un honor que los estadounidenses” lo ataquen. ¿Y que los chavistas y Hebe de Bonafini lo abracen, qué le genera? Es que el Pontífice tiene esas cosas, condena la corrupción en Madagascar y apoya a los Kirchner y a su nuevo candidato Alberto Fernández.
Esas cosas de la Iglesia por las cuales 70 u 80 años después – y hasta 400, como el caso de Galileo, o mucho menos como con la pederastia- se arrepiente y pide perdón.
Esta claro que los que están de este lado, junto a Maduro, son los izquierdistas, constituyen la izquierda . Enfrente están los malos, sean lo que sean; son los malos y cualquier epíteto, calificativo e insulto cabe. Esta dentro de lo políticamente correcto.
Y a todo esto, ¿qué dice el informe Bachelet, que ha llamado a la guerra? Que “su oficina documentó casos de tortura y malos tratos, tanto físicos como psicológicos, de personas arbitrariamente privadas de su libertad, en particular de militares”. Ratifica que en Venezuela siguen las ejecuciones extrajudiciales y las torturas a opositores y el régimen de Nicolás Maduro continúa violando los derechos humanos.
¡Como no se va a enojar Maduro! De seguro que además de declararle la guerra a Colombia procederá a nuevas detenciones, más torturas y ejecuciones. ¿ Y que va a hacer la ONU? No esperemos que mucho, aunque ya es hora que se ocupe en serio del asunto. Después no vale arrepentirse, como la Iglesia
Dice también la Comisionado para los DDHH de la ONU que “la situación de derechos humanos sigue afectando a millones de personas en Venezuela y con claros impactos desestabilizadores en la región”.